El mejor epílogo para septiembre

Estamos a las puertas de cerrar un mes de septiembre en el que hemos tenido de todo en clave cofrade. De hecho, sólo hace falta echar una breve ojeada a las anteriores actualizaciones del blog para darse cuenta de que esta hoja del calendario ha venido muy cargadita. Tanto que incluso el último día vamos a tener imágenes en la calle. Concretamente, en San Pedro, donde los titulares de El Cristo de Burgos regresará a su casa desde San Juan de la Palma.

De este modo, se pondrán fin a dos meses de exilio forzoso para la corporación (recuerda las causas aquí), volviendo a una casa en la que ya recibe culto de nuevo la Virgen del Pilar y en la que, en breve, también estará el Señor de la Salud (lee sobre ello aquí), que también tuvo que 'emigrar', aunque en este caso encontrando acomodo en el convento del Espíritu Santo. Así, la calle Santa Ángela volverá a llenarse para un corto pero intenso traslado en el que se vivirán reminiscencias del Miércoles Santo.

Además, será una vuelta a la normalidad en toda regla, puesto que la hermandad dejará de sentirse de prestado en un templo donde, desde el primer día, le hicieron sentirse como en su propio hogar. Pero este se encuentra frente a la plaza que lleva el nombre del Cristo de Burgos, en un templo que, tras pasar por chapa y pintura, está como nuevo y que recibirá radiante a sus dos vecinos más importantes esta tarde. Y es que después de todo lo que llevamos en las últimas semanas, no podría haber mejor epílogo posible para septiembre que el que hoy se verá en San Pedro.

200 días

Aunque el contador que aparece bajo la cabecera del blog haya situado ya la cuenta atrás hasta el Domingo de Ramos en 199 días, ya que llegará a cero cuando se vivan los primeros segundos de esa jornada, se puede decir que, en realidad, estamos a 200 de estrenar oficialmente una nueva Semana Santa. Y es que, como quien no quiere la cosa, el tiempo sigue avanzando y nos deja detalles como este que nos hacen pensar que, aunque sea en momentos puntuales, está de nuestro lado.

No en vano, al mirar el calendario caemos en la cuenta de que estamos a poco más de medio año de vivir una nueva mañana de palmas, de despertarnos con el recuerdo fresco de un Viernes de Dolores y un Sábado de Pasión en los que habremos disfrutado de las primeras túnicas y capirotes. Sólo un par de centenares de jornadas en las que iremos pensando que "ya queda menos para...." ver La Paz por el parque, La Borriquita por Campana, Jesús Despojado por el Postigo, La Hiniesta por la Alameda, La Cena por la Alfalfa, San Roque por Plaza Pilatos, La Estrella por el puente, La Amargura por Santa Ángela o El Amor por Francos.

Dentro de 160 días, la espera se convertirá en Cuaresma, en un sinfín de preparativos que, aunque vagamente, ya empiezan a estar en marcha. Porque la cuenta atrás continúa, cada vez con más fuerza. Ahora con unas Navidades en el horizonte tras las que aún se verán las vísperas más cerca. Y es que, como sabe todo cofrade, hay que tener paciencia, porque todo pasa y todo llega, como lo hará una nueva Semana Santa dentro de 200 amaneceres.

El Arenal en Gines

Si tienen ganas de ver a la Virgen de Guadalupe de la hermandad de Las Aguas, más les vale que vayan corriendo a su capilla en la calle Dos de Mayo y que lleguen, como muy tarde, antes del próximo día 1 de octubre. La razón es bien simple: la titular mariana de la corporación de El Arenal será retirada del culto en esa fecha para trasladarse a la casa-taller del imaginero que la talló, Luis Álvarez Duarte, para ser restaurada, algo que se hará con el beneplácito de sus hermanos, que así lo decidieron anoche en un cabildo celebrado a tal efecto.

De este modo, la imagen se mudará durante un mes a la localidad hispalense de Gines, donde quien la tallase en 1966 le devolverá todo su esplendor con una limpieza integral de la policromía. Así, la Virgen volverá radiante a su recoleta iglesia a la vera del Guadalquivir, tras pasar por las manos de quien mejor la conocen y que con mayor mimo pueden tratar esos primeros achaques leves que comienzan a aparecerle. Incluso, podría decirse que va a aprovechar para acicalarse de cara a un Lunes Santo que aún parece lejano, pero que poco a poco se va acercando.

Mientras, su capilla la echará de menos, como lo harán unos fieles que contarán los días hasta su regreso. También lo hará Ella, buscando desde el Ajarafe su casa, oteando el horizonte sevillano desde lo alto. Porque una cosa es estar en casa y otra entre las cuatro paredes entre las que la tallaron. Y entre recuerdos y anhelos, quien se encargó de sacarla de un bloque de madera buscará que luzca como cuando, con tan sólo 16 años a las espaldas, obró el milagro. Un privilegio que ha decidido dar la propia Virgen de Guadalupe sólo a su autor, Luis Álvarez Duarte, quien, durante 30 días, tendrá en su propia casa a lo más bello de la capilla del Rosario.

Crónica de un relevo anunciado

Estaba claro que el desastre de la salida procesional de la Virgen del Carmen de Santa Catalina iba a tener conscuencias (recuérdalo aquí). La más clara e inmediata ha sido la destitución del capataz Alfonso Hijón al frente de la cuadrilla, cediendo el mando de la misma, de manera provisional a toda una institución en el mundo del martillo y el costal: Carlos Morán Fernández, que lleva más de tres décadas mandando el paso de misterio de la hermandad de San Benito, la Virgen de Valvanera y que también lo fue de María Auxiliadora de Nervión y la santificación de Sor Ángela.

Del mismo modo, este próximo 1 de noviembre debutará en la corporación de Santa Catalina llevando a la segund tituar letífica de la misma: la Virgen del Rosario. En principio, se trata de un nombramiento puntual y transitorio, puesto que sería sólo para esta procesión y no tiene asegurada su continuidad hasta el año que viene. Sin embargo, la experiencia del capataz de La Calzá y su buenhacer con el martillo podrían abrirle de par en par las puertas de un cargo al que, probablemente, éste tampoco haría ascos.

En cualquier caso, ya sea con este capataz o con otro, lo cierto es que la hermandad se ha puesto manos a la obra para dejar atrás una importante crisis que no sólo ha dejado una factura de más de un millón de las antiguas pesetas en época de problemas económicos, sino que ha perjudicado gravemente su imagen. Y es que, por si no fuera poco el exilio que lleva sufriendo desde hace más de un lustro y la falta de recursos monetarios, el hecho de que el paso encadenase un choque con otro no hizo más que daño a una cofradía que, para muchos, siempre ha sido un referente dentro de las Glorias.

El mejor broche de oro para septiembre

Hoy, Sevilla contará con una dolorosa más coronada. Al filo del mediodía, monseñor Asenjo debutará en nuestra ciudad en estas lides distinguiendo con este rango a la Virgen de Regla de Los Panaderos, que desde el pasado miércoles está celebrando en la Catedral el que, quizás, haya podido ser el triduo más importante de su historia. Así, unirá su nombre a una nómina de titulares de hermandades de Semana Santa que comenzó hace casi sesenta años con la Amargura y que, de momento, finalizará en la calle Orfila tras haber pasado por puntos tan dispares como La Macarena, Triana, El Cerro, La Calzá, El Arenal o el propio centro.

De este modo, se dará el pistoletazo de salida a una tarde que será muy grande para la corporación del Miércoles Santo, que verá cómo la ciudad se vuelca por completo con su titular mariana en su regreso a casa. Porque, como ocurrió en el itinerario de ida no cabrá un alfiler en las aceras, ni delante del palio, donde una legión de cangrejeros intentarán no perder detalle de como avanza rumbo a su capilla la Reina de Los Panaderos. Así, entre bullas, emoción, diálogos de varales y bambalinas, incienso y sones de marchas terminará con el mejor broche de oro posible un domingo que habrá comenzado con pasos en la calle en San Román, con una Santa Lucía que habrá vuelto a madrugar para reencontrarse con sus fieles. Del mismo modo, cuando la cruz de San Andrés de la candelería del palio de Regla atisbe a lo lejos la calle Orfila, en Torreblanca se pondrá fin a una romería dedicada al Inmaculado Corazón de María que habrá celebrado, como ocurre cada año, todo el barrio.

Y así, entre Glorias, peregrinaciones y palios, Sevilla dirá adiós a un mes de septiembre en el que, en clave cofrade, podría decirse que no nos ha faltado de nada. En él, hemos tenido en la calle procesiones de todo tipo, sintetizando a la vuelta de vacaciones lo que la ciudad vive a lo largo de todo el año. Porque Semana Santa sólo hay una marcada a fuego en el calendario, pero más allá de ella hay más de 300 días en los que cuando no se habla de cofradías se está disfrutando de ellas por las calles.

Otoño empieza por todo lo alto

Resulta curioso lo caprichoso que es el tiempo. Por un lado, el mes de septiembre comienza su recta final y comienza a escaparse entre nuestros dedos. Mientras, por otro, vivimos los primeros días de una nueva estación, el otoño, que comenzará en clave cofrade hoy por todo lo alto. De hecho, en las próximas horas tendremos en las calles hasta nueve pasos. Así, el barrio de La Calzá el segundo de sus días grandes de este año, puesto que tras el pasado Martes Santo, verá pasearse por la feligresía a su patrona, la Virgen de Valvanera. También será la jornada de la procesión de una hermandad con fuertes vínculos lasalianos, la de Madre de Dios del Dulce Nombre, que volverá a salir un año más de la capilla del colegio La Salle-Felipe Benito.

En Rochelambert, la Virgen de la Merced perfumará de incienso y Semana Santa un punto que tiene que emigrar al centro durante los días grandes para ver pasos. Por su parte, San Pablo vivirá aires de Madrugá con la salida extraordinaria de un Señor de la Salud que cumple sus bodas de plata. De igual modo, San José Obrero se rendirá a las plantas de una Virgen de los Dolores que estrenará palio. Y, en pleno corazón de la ciudad, la Virgen de las Marcedes volverá destapar el pequeño joyero que es su capillita para reivindicarse una vez más en una de las más bellas obras de arte de la zona del Museo. Mientras, en San Ildefonso se vivirá el espejismo de una mañana de agosto con una Virgen de los Reyes que recibirá las oraciones no sólo de los sastres de los que es patrona, sino de media Sevilla.

Pero, al otro lado del río, en Triana, también habrá pasos. Los habrá en la zona del barrio Voluntad, donde saldrán La Estrella Gloriosa y la Virgen del Buen Aire, que andarán separadas entre sí sólo por algunas calles. Y es que en este septiembre que se disfraza de mayo, en el que no nos ha faltado nada, el último fin de semana viene cargado hasta las trancas de pasos por las calles, de retazos de Semana Santa. Porque este mes se va por la puerta grande. O quizás sea cosa del otoño, que quiere presentarse ante nosotros por todo lo alto.

Una Carrera a la espera de un relevo

Llevamos años escuchando hablar de la posibilidad de que la Carrera Oficial cambie, pero nunca se ha visto esta opción tan cerca como ahora. De hecho, todo está a expensas de que el Consejo decida pedir al Ayuntamiento la reforma y este se pondrá manos a la obra para ponerla en marcha. Se trata de algo que parece inminente, sobre todo porque el Duque sufrirá obras dentro de poco, cuando se comience a construir la nueva ampliación del metro y, por consiguiente, la estación de la zona centro, ubicada en este mismo punto de la ciudad.

Por ello, parece que no hay vuelta atrás y que la posibilidad de que la próxima sea la última Semana Santa con el formato que conocemos parece irremediable. De este modo, se matarían dos pájaros de un tiro. Por un lado, se solventarían los problemas derivados de las obras y, por otro, se podría aumentar el número de sillas con un nuevo recorrido en el que, además, habría espacio para salvaguardar la seguridad de los abonados. Porque, está claro, se buscarían sitios abiertos que permitirían dejar contentos a todos.

En este sentido, la opción más probable sería la de ubicar el palquillo en La Magdalena, toda vez que la situación del Duque haría inviable la continuidad de la Campana. Así, se empezaría en la citada plaza, siguiendo por Méndez Núñez, Plaza Nueva, Granada, Avenida y Catedral, un itinerario que ya está en conocimiento de todo el mundo desde hace tiempo y que, a pesar de que no hay oficialidad, podría ponerse en marcha en muy poco tiempo. Pero, para eso hace falta que el Consejo, que es quien tiene la pelota sobre su tejado, se mueva y pida un cambio tan necesario como irremediable. Y es que a esta Carrera, desde hace tiempo, le hace falta un buen relevo. Sólo falta que quieran dárselo.

Confirmado: vuelven Los Gitanos

En una de las primeras actualizaciones de este blog, allá por el mes de febrero, hablábamos de la más que previsible reorganización de la sección musical de Los Gitanos (releelo aquí). Pues bien, ya se le puede dar oficialidad a la noticia, puesto que anoche los miembros de la corporación de la Madrugá dieron el visto bueno a la medida, que, presumiblemente, provoque cambios en el acompañamiento del Señor de la Salud el próximo año, cuando podría a volver a andar a los sones de su propia agrupación y despedirse definitivamete de Virgen de los Reyes.

De momento, no se ha anunciado esta modificación, aunque ya desde hace unos meses se viene vaticinando. Y es que no tendría ningún sentido que la hermandad tuviese una banda propia y tras su titular tocase otra. Así, si no hay problema en el periodo de alegaciones que se abrirá desde el día 27 hasta el 2 de octubre, la agrupación de Nuestro Padre Jesús de la Salud volverá a ser parte de la hermandad, de la que fue expulsada hace años, y seria candidata a ejerecer de cirineo del 'Manué' en la Madrugá. De esta forma, se pondría fin a una polémica que lleva años coleando y que ha deparado situaciones y estampas dantescas, como la de la banda sin poder llevar su banderín y sustituyéndolo por un paño negro.

Pero ahora, tras años esperando y sin desesperar, parece que todo vuelve a la normalidad. Las aguas se calman y vuelven por su cauce, aunque habrá quienes, encantados con el buenhacer de Virgen de los Reyes, reivindiquen su presencia en la hermandad del templo del Valle. No obstante, la junta de gobierno ya avisó en las elecciones que iba a intentar recuperar la sección musical de la hermandad, por lo que si fue apoyada en los comicios debería contar con el mismo respaldo ahora, cuando ha llevado a la práctica su propuesta. Ojalá sea así y por fin, tras demasiado tiempo de piques, ataques y discusiones, la tranquilidad sea la nota predominante en el aspecto musical en Los Gitanos.

El centro se viste de Miércoles Santo

Hoy, la Catedral volverá a sentirse como si fuese Semana Santa. Concretamente, un Miércoles Santo, con la llegada de una Virgen de Regla que estará en sus entrañas durante cuatro días para ser coronada canónicamente. Así, la Reina de Los Panaderos se convertirá en la decimosexta dolorosa de la capital hispalense que obtenga dicho reconocimiento eclesiástico, tras haberlo hecho antes Amargura, Macarena, Esperanza de Triana, Angustias de Los Gitanos, Encarnación de San Benito, Estrella, Dolores del Cerro, Valle, Rosario de Montesión, Palma del Buen Fin, Trinidad y La O, que lo obtuvieron por el cauce protocolario, así como también Gracia y Esperanza de San Roque, Mercedes de Santa Genoveva y Caridad del Baratillo, a las que se les convalidaron las realizadas hace años.

Es, por tanto, una jornada grande para la corporación de la calle Orfila, que lleva más de un año preparando un momento histórico para su titular. No en vano, en apenas unos meses, la Señora tahonera habrá salido a la calle hasta en cuatro ocasiones en tres estaciones distintas. De este modo, debutó, como siempre, haciendo su estación de penitencia en los días más grandes de la primavera. Después, repitió poco antes del verano, con una procesión en andas por su feligresía (recuérdala aquí). Dentro de unas horas, partirá rumbo al templo metropolitano bajo los últimos coletazos del verano (lee sobre ello aquí), para volver el domingo con los primeros aires de otoño. 

Y es que este 2010 es sin duda irrepetible para una Virgen que llevará en su sien el recuerdo de todo el Miércoles Santo recogido en una diadema reagalada por el resto de hermandades del día. Que, además, regalará aires chipioneros con una medalla en el pecho que, por desgracia, no estará acompañada por la que revele en reconocimiento de su propia ciudad. Pero no le faltará ni la cruz de San Andrés en su candelería ni el cariño de los suyos y el de una ciudad que volverá a echarse a la calle para acompañarla. Porque hoy, el centro volverá a vestirse de Miércoles Santo, viendo un palio paseándose por sus arterias principales, y no uno cualquiera, sino el de una Virgen de Regla que saldrá por última vez en su historia sin el título de Coronada.

La Amargura, entre ángeles

Sin duda, una de las imágenes más bellas que nos ha podido regalar la beatificación de Madre María de la Purísima ha sido la de la Virgen de la Amargura rodeada de las Hermanas de la Cruz a la llegada del cortejo con la imagen de la nueva beata a San Juan de la Palma. Y es que la junta de gobierno de la corporación del Domingo de Ramos tuvo el gran detalle de bajar del altar mayor a la Señora para que las recibiera en el suelo, a su misma altura, causando una hermosa sorpresa a las monjas y a todos los asistentes.

De hecho, se podría decir que no podía caber más santidad en el templo. Por un lado, la Amargura, una de las imágenes marianas con mayor devoción de la ciudad y una de las más bellas estampas posibles de la Madre de Dios. Por otro, unas religiosas que ejercen de ángeles de la guarda para miles de personas que, por unas razones o por otras, necesitan de su ayuda más que respirar. Así, la teoría y la práctica del cristianismos se dieron la mano al final de la calle Feria, haciendo que San Juan de la Palma no fuese un trozo más de Sevilla, sino del mismísimo Cielo.

¡Cuánta belleza en una sóla imagen! ¡Cuánta razón tiene esa frase de que una fotografía vale más que mil palabras! Porque no puede haber mejor metáfora de la santidad de la obra que hace más de un siglo creó Madre Angelita y que desde entonces se ha convertido en Evangelio vivo de una ciudad en la que Dios anda por sus calles cada primavera, cuando los naranjos se salpican del blanco del azahar y el incienso abraza al aire. Porque anteayer la Amargura era incapaz de hacer honor a su nombre y en la comisura de sus labios se esbozaba una sonrisa, porque tras siglos viviendo en la tierra, parecía que volvía a estar ahí arriba, porque se encontraba rodeada de unas monjas que le demostraron que los ángeles de verdad existían.

Se nos fue de las manos

Sin duda, la actualización de hoy puede ser de las más impopulares que se han publicado en este blog, pero, igualmente necesaria. Sobre todo, porque la procesión extraordinaria de este fin de semana de La Macarena debe invitarnos a una reflexión profunda sobre hacia dónde van nuestras cofradías. Porque está claro que una beatificación de una Hermana de la Cruz es causa más que suficiente para que la hermandad, tan vinculada a la orden, se plantease salir. Al respecto de eso no puede ni debe haber dudas, pero sí en relación a cómo se hizo.

Porque, para empezar, ¿era necesario que la Virgen fuese a la ida con música? Inicialmente se habló de ir en Rosario de la Aurora, en medio de un clima de recogimiento y sobriedad que contrastara con el regreso, glorioso y por todo lo alto. Sin embargo, se optó porque el Carmen de Salteras tocase tanto camino a La Cartuja como de vuelta a casa, haciendo de una dos salidas extraordinarias y, por qué no decirlo, que la procesión tuviese mayor reclamo si cabe. Pero, ya dentro del estadio, ¿era realmente imprescindible procesionar por dentro como si se estuviese en la calle? ¿no se podía haber hecho el traslado a la 'capilla' del campo tras la misa y sin público? ¿No son ganas de acaparar protagonismo de manera gratuita?

Y después, a la vuelta, de nuevo la calle Resolana se convirtió, una vez más, en un improvisado plató en el que la televisión no estuvo al servicio de lo que ocurría, contándolo sin más, sino al contrario. De ese modo, pudo verse totalmente preparado cómo se abría la puerta o un abrazo entre el hermano mayor de La Macarena y el de la Esperanza de Triana tan forzado como falto de naturalidad. ¿A qué viene querer escenificar lo que de verdad ocurre de manera natural? ¿A qué jugamos?

Sin duda, estaba claro que a salida de La Macarena iba a eclipsar a cualquier cosa que sucediese a su lado, pero que también, por su importancia, iba a servir para ver más claramente que en cualquier otra las cosas que estaban bien y las que no. En este sentido, el segundo apartado gana por goleada al primero, puesto que todo se fue de las manos, con una falta de medida que hacía paradójico que las cosas estuviesen vinculadas a una orden como la de las Hermanas de la Cruz que destacan por su sencillez y humildad. Pero aquí, brillaron por su ausencia. Todo fue una maratón de sinsentidos que difuminaban por completo el sentido original de la salida.

Y no es cuestión de cebarse con esta salida, porque ejemplos de cosas mal hechas los hay a puñados en los últimos tiempos. Por ejemplo, la maratón de la Esperanza de Triana en su extraordinaria de hace poco más de un año o el pasódromo que tenemos preparado para dentro de once meses en Madrid. ¿A dónde queremos llegar con esta dinámica? ¿De verdad no se pueden hacer las cosas de otra manera? ¿Por qué las cofradías ponen en bandeja a sus críticos argumentos para que actúen en su contra?

El problema es que aunque las motivaciones iniciales de estas salidas sean legítimas y de peso, el fallo está en cómo se llevan a cabo, que es el punto en el que se pierden de vista los orígenes y se avanza hacia una exageración que no conoce límites ni cortapisas. Parece como si las cofradías compitiesen para ver quien la hace más gorda, sin caer en la cuenta de que ellas, como la mujer del César, no sólo tienen que ser honestas con sus principios, sino también parecerlo en todo momento.

Más procesiones para aliviar la resaca

Todavía tenemos grabados en las retinas y el recuerdo la salida de ayer de La Macarena. Momentos históricos y prácticamente irrepetibles que ya forman parte del pasado. Así, Sevilla ha despertado hoy envuelta en la nebulosa de una dulce resaca que podrá paliar, en parte, gracias a nuevas procesiones que llenarán de ambiente cofrade las calles de la ciudad. Tres de ellas saldrán por la mañana e, incluso, una de ellas paseará a Madre María de la Purísima, que saldrá desde la Catedral rumbo a San Juan de la Palma.

Por entonces, la Virgen de las Tristezas de la Vera+Cruz estará haciendo lo propio en Rosario Público por las calles anexas a la feligresía de San Lorenzo. Y un poco más tarde, ya al mediodía, la Virgen de las Mercedes de la Puerta Real volverá a salir, aunque en este caso por poco tiempo y para regresar de la capilla del Museo a la suya propia. Ya por la tarde, el centro volverá a acudir, como cada año, a la recoleta iglesia de la calle Amparo, desde donde, una vez más, saldrá la Divina Pastora de Santa Marina, acompañada por la santa que da nombre a la corporación.

De esta manera, nuevas procesiones servirán de epílogo a un fin de semana inolvidable, cuajado de grandes momentos en clave cofrade y que, a la vez, ha servido de perfecto anticipo de lo que aún está por llegar en en la recta final de septiembre. Porque esto, afortunadamente, no para, sino que sigue y sigue. Así, la espera parece menos espera y la distancia que nos separa del próximo Domingo de Ramos parece mucho más corta.

No todo es Macarena

La ciudad anda revolucionada hoy con una salida extraordinaria de las de verdad, la de La Macarena para la beatificación de Madre María de la Purísima. Por eso, todo el mundo tiene claro que paseará por las calles la Señora de San Gil, aunque no tantos tendrán también nociones de que, además de Ella, otras tres Vírgenes procesionarán en las próximas horas por Sevilla, aunque, por razones obvias, con un seguimiento mucho menor que el de la titular de la Madrugá.

Así, en la otra orilla del río, o en la misma, según se mire hoy, se pondrá en la calle desde Santa Ana la Divina Pastora de Triana, que devolverá el ambiente de cofradías a la zona de Pureza, haciendo realidad la imagen que se recoge en el azulejo principal del templo dedicado a la Abuela de Dios. Otra Divina Pastora saldrá sin agua cerca pero sí vías del tren. Es la de Padre Pío-Palmete, que una vez más hará ver que la tradición ni es exclusiva del centro ni es incompatible con los barrios nuevos y periféricos de la ciudad.

Y en San Esteban, habrá otro milagro. De nuevo, la ojiva dentada de la iglesia dará a Luz las Glorias con una Virgen que dará color y olor a un centro que, en su mayoría, habrá emigrado a la zona norte a disfrutar de La Macarena. Sin embargo, también habrá quienes, aprovechando el clima de intimidad que se podrá disfrutar junto a estos pasos, pase la tarde-noche junto a ellos, pensando eso de que, como en el mundo de las cofradías, no todo se reduce a las hermandades de penitencia y que, como reza el refrán, "no hay mal que por bien no venga". 

Como si fuera una Madrugá

Sevilla vive hoy un particular Jueves Santo. No lo marca ni el calendario, que no tiene reparos en hacernos ver que estamos en pleno mes de septiembre, ni las mantillas y trajes de chaqueta por las calles, pero sí la víspera de una noche que será tan mágica como irrepetible. En este caso, estaremos huérfanos de pasos en Alfonso XII, San Lorenzo, la Magdalena, Triana y el Valle, así como tampoco disfrutaremos de diálogos entre varales y bambalinas junto al Arco, pero desde allí, a cielo descubierto, saldrá a pasearse por las calles de su barrio antes de llegar al Estadio de la Cartuja La Macarena.

Lo hará a partir de las 3.00 horas, entre un gentío que no dejará escapar la ocasión de poder contemplar una estampa histórica que no se repetía desde hace más de 60 años. Como siempre, las marchas del Carmen de Salteras y los gritos de "Guapa, guapa" podrán la banda sonora a una procesión que no cogerá por Resolana, sino que tomará, nunca mejor dicho, por la calle de enmedio, Sánchez Pizjuán, para buscar el Alamillo y cruzar, por primera vez en la historia, un río que vestirá más que nunca de Verde Esperanza. Así, en torno al amanecer, la Señora de San Gil llegará al Estadio, donde presidirá la ceremonia que convertirá en beata a Madre Marría de la Purísima, mientras que Santa Ángela, desde arriba, no se perderá detalle y dará la bienvenida a la monja a la eternidad.

Después, ya por la tarde, la ciudad vivirá su particular mañana de Viernes, empezando no en el centro, sino en la otra punta del callejero. Así, tras vadear de nuevo el río por el mismo puente, el paso irá rumbo a la glorieta de San Lázaro, donde torcerá por Doctor Fedriani para avanzar hacia el hospital que lleva el nombre de la Señora. Allí, la Virgen ejercerá de enfermera y evitará que mucho de los internos en el centro derramen lágrimas por sus dolores, puesto que, en su mayoría, lo harán por verla tan cerca. Y de ahí, de nuevo a la basílica, donde, en principio, debe entrar sobre la una de la madrugada, aunque, sabido es por todos, que, a buen seguro, todo se demorará mucho más, puesto que Sevilla tiene muchísimas ganas de disfrutar de Ella en la calle y Ella de su gente.

De este modo, es imposible que hoy no miremos el reloj pendientes de lo que falta para que, por unas horas, la ciudad vuelva a respirar aires de Madrugá. Vivimos una particular víspera en la que todas las miradas vuelven a estar fijas en un Arco y en una basílica llena a rebosar. Allí, la presencia del Señor de la Sentencia en el altar mayor y, sobre todo, la de La Macarena en su paso nos revelan que algo histórico está a punto de tener lugar. Es la magia de las horas de la mañana en las que nada sucede a la luz del día, en las que todo, absolutamente todo, puede pasar.

En Molviedro, también se acaban las vacaciones

Los hermanos de Jesús Despojado están de enhorabuena, porque, cuatro meses después y justo en la fecha fijada desde el principio, podrán volver a disfrutar en la capilla de Molviedro de la Virgen de los Dolores y Misericordia, que tras pasar el verano en el taller de Pedro Manzano, donde ha sido restaurada y ha compartido estancia con la Virgen de la Luz de La Carretería (lee sobre ello aquí), vuelve como nueva para estar con los suyos, que esperaban su llegada como verdadera 'agua de mayo'.

Y es que mucho ha llovido desde aquel 27 de abril en el que los miembros de la corporación del Domingo de Ramos tuvieron que despedirse de Ella (releelo aquí). Sin embargo, el tiempo sin su presencia en el antiguo Compás de la Laguna ha merecido la pena, puesto que vuelve casi como salió, hace casi cincuenta años del taller del carmonense Antonio Eslava. No en vano, la talla se encuentra mucho más clara, puesto que se han realizado exhaustivos trabajos de limpieza en manos y cara, así como se ha recuperado su policromía original y se le ha realizado un nuevo candelero.

De este modo, la Virgen vuelve a 'casa' tras un largo verano a la orilla del Guadalquivir y presta y dispuesta a brillar como siempre en la tarde en la que a quien no estrena algo, se le caen las manos. De momento, ni a Ella ni a los hermanos de Jesús Despojado les va a pasar eso, ya que dentro de poco más de 200 días pasearán por Sevilla a una de las principales novedades de la jornada: la de una talla de la Virgen de Dolores y Misericordia que, tras las vacaciones, vuelve completamente recuperada.

El beato de las abuelas

Vivimos las vísperas de una beatificación que ha dado, está dando y dará muchísimo que hablar: la de Madre María de la Purísima (leelo aquí). Pero no hace ni una semana de que tuvo lugar otra que llevaban esperanzo muchísimos andaluces desde hace años, la de Fray Leopoldo de Alpandeire, un fraile franciscano al que muchos hemos conocíamos gracias a las estampas de nuestras abuelas y cuya fama y devoción en Granada es similar a la que tiene en nuestra ciudad Santa Ángela de la Cruz. Tanto es así, que muchos lo creíamos santo desde hace tiempo, cuando la realidad es que hasta el pasado domingo no inició su ascenso a los altares.

Así, Francisco Tomás de San Juan Bautista Márquez Sánchez, nombre real del franciscano antes de tomar los hábitos, pasa aún más a la posteridad por su labor como monje limosnero, algo que empezó haciendo en su Alpandeire natal, más tarde, y sin salir de Málaga, en Antequera, Sevilla y, finalmente, Granada, donde residió entre 1914 y 1956. Durante ese tiempo, se convirtió en alguien muy querido y venerado en la capital nazarí, ya que no eran pocos los que le pedían consejo o intermediación a cambio de tres avemarías, cuota estandar que Fray Leopoldo pedía a todos los que se le acercaban.

Con ello, su fama de buen hombre se extendió como un reguero de pólvora más allá de Granada, surgiendo la devoción por su figura en toda Andalucía, sobre todo tras su fallecimiento, el 9 de febrero de hace 54 años. Así, sus estampas empezaron a parecer en casi todas las casas, sobre todo, de las manos de los más mayores, que las exhibían en sus paredes o las guardaban para tener su protección en la cartera. Fruto de ello, surgió la causa de su beatificación, que fue aprobado hace un año, cuando un tribunal de cinco médicos certificaron que un enfermo se curó gracias a su mediación.

De este modo, Fray Leopoldo ha pasado a ocupar un sitio en la iglesia que desde hacía años ya tenía ganado en Andalucía, tal y como ha ocurrido con las Hermanas de la Cruz, cuya fundandora, Sor Ángela, es santa desde hace unos años y que dentro de unos días contará con una nueva beata en sus filas, una Madre María de la Purísima que subirá a los altares ante la atenta mirada de una Macarena (ver aquí) que, por unas horasm transformará una madrugada de septiembre en una de Viernes Santo.