domingo, 31 de julio de 2011

Ahí quedó... de momento

Después de once meses sin parar, con un total de 335 actualizaciones ininterrumpidas, llega el momento de arriar una mijita y reponer fuerzas, de tomarse un descansito como el común de los mortales, porque si media Sevilla está en la playa, este humilde Contraguía también tiene derecho a tener unas vacaciones en las que, como mínimo, remojarse los pies a la orilla del mar. Por eso, esta entrega número 501 del blog sirve para confirmar que, como muchísimos sitios, cerramos hasta septiembre, cuando volveremos con las mismas ganas y mayor ilusión si cabe.

Mientras tanto, quedará a disposición de todos el archivo, cada vez más extenso por cierto, de esta bitácora, para aquellos a los que el 'mono de pasos' les obligue a tener que recurrir a algo que huela a cofradías para echar el rato. Y es que estos meses han dado para muchísimo, tanto que no está de más desconectar un poco para retomar en plenitud de facultades esta labor, que con sumo placer comenzamos a llevar a cabo un ya casi lejano 17 de febrero de 2010 y que, de momento, va para largo.

Aunque habrá que esperar un poquito para seguir sumando actualizaciones a nuestro historial, porque ahora toca dejar descansar al teclado y los dedos, que a buen seguro durante los próximos 31 días repiquetearán al son de un tambor o acompañarán el silbido de una marcha. Porque para muchos, huele a Semana Santa todo el año, aunque durante el próximo mes lo haga de manera diferente, sin escribir por aquí a diario. Ya habrá tiempo de hacerlo a partir de septiembre. Con la de cosas que habrá que contar, merece la pena afrontarlas descansado. Por eso, un millón de gracias por estar ahí y ¡feliz verano!

sábado, 30 de julio de 2011

Medio millar

¡Cómo pasa el tiempo! Hace poco más de un año y medio comenzaba a andar este blog con la firme intención de hablar todos los días de Semana Santa, demostrando que se puede hacer más allá de la Cuaresma y los días grandes. Y hoy, dieciocho meses después, se puede decir que ha quedado más que demostrado que es posible. Sobre todo porque esta actualización es la número 500, una cifra tan redonda como gratificante para quien cada jornada escribe estas líneas que quienes están al otro lado tienen a bien echar un vistazo.

Medio millar de raciones diarias de cofradías en las que han tenido cabida casi todas las grandes noticias que se han producido en la ciudad, incluso también alguna que otra de fuera. Cierto es que habrá alguna haya pasado desapercibida, pero es que tras comprobarlo desde la experiencia propia queda claro que es imposible abarcar todo cuanto en el mundo capilleril se produce. No obstante, este hecho se convierte en un reclamo más para seguir mejorando de cara al futuro, tomando como punto de partida la misma línea que marcamos el primer día, con las mismas ganas y, si cabe, mayor ambición.

Ni que decir tiene que la mayor parte del mérito de que hayamos llegado a la actualización número 500 no es de este juntaletras que ya ha convertido en una parte de sí mismo esta humilde bitácora, sino de todos aquellos, los más de 19.000, que se han pasado alguna vez por aquí. En especial, a habituales como Pepe Lasala, los compañeros del blog 'El Costal', Fran Godoy o Andrés Corral, quienes desde que salió nuestra cruz de guía han asistido al paso de todos y cada uno de nuestros particulares 'cibernazarenos'. Ojalá cuando cumplamos medio millar de actualizaciones más, la familia sea aún más grande. De momento, cuenten con el firme compromiso de quien les escribe de que intentará dar lo mejor de sí para que así sea.

viernes, 29 de julio de 2011

El prólogo de agosto

Con la hoja del mes de julio tambaleándose ya en el calendario y agosto asomando la cabeza a la vuelta de la esquina, Sevilla comienza a prepararse para su tradicional reencuentro con su patrona, la Virgen de los Reyes. Y desde el pasado martes ya conoce cuál será el cartel anunciador de la procesión, que ha salido de los pinceles de Daniel Puch y que, por primera vez en los últimos tiempos, parece no haber defraudado a nadie, puesto que la inmensa mayoría de las críticas que ha recibido la obra desde su presentación oficial han sido tremendamente positivas.

Su composición, como no podía ser de otra manera, gira en torno a la Virgen de los Reyes. La imagen aparece en un primer plano acompañada por su Hijo, a modo de estampa y ataviada con su manto de tisú celeste bordado en plata. De igual modo, la talla queda enmarcada por una cinta serpenteante con diversas alabanzas y oraciones en su honor ('Amor de amores', 'Rosa entre rosas', 'Sol de la mañana', 'Reina de la paz', 'Flor de las flores', 'Reina de reyes',  'Virgen de Vírgenes' y 'Reina de Sevilla'), cuyos extremos se sitúan en las esquinas superiores del cuadro, recorriéndolo de arriba a abajo y quedando extendido a la altura del pecho de la Patrona, donde se puede leer el lema de esta jornada, 'Día de la Virgen', con la fecha justo debajo. Finalmente, el fondo es de color aureo, según el autor para simular el tono del cielo en el amanecer del 15 de agosto, "uno de los días más bellos para la ciudad".

A partir de ahora, esta acuarela comenzará a proliferar en establecimientos y escaparates, anunciando a la capital hispalense que cada vez queda menos para ver por las calles a una de sus devociones más importantes, ésa capaz de provocar un alto en la estancia playera de muchísimos, de hacer que no falten peregrinos desde toda la provincia para asistir a su salida. Y es que Sevilla ya mira a agosto y lo hace con ganas, sin miedo a tener que pegarse el madrugón más caluroso pero también más gratificante del año, el que tendrá el premio de ver bajo su palio de tumbilla a la Reina de los Reyes.

jueves, 28 de julio de 2011

Todo preparado en Orfila

Pues ya que miramos a agosto, es inevitable hacerlo hacia Madrid, donde el próximo 19 de agosto pasos de media España protagonizarán el Vía Crucis más polémico de los últimos tiempos, que tendrá lugar bajo la atenta mirada del Papa Benedicto XVI. De este modo, la composición del cortejo estará formada por La Cena de Murcia, El Beso de Judas de Málaga, Las negaciones de San Pedro de Orihuela (Murcia), el Cristo de Medinaceli de Madrid, el Gran Poder de Madrid, el Señor de la Caída de Úbeda (Jaén), el Nazareno de León, el Cristo de las Misericordias de Jerez, Jesús Despojado de Granada, el Señor Crucificado de León, el Cristo de la Buena Muerte de Málaga, El Descendimiento de Cuenca, La Piedad de Valladolid, El Santo Entierro de Cuenca y, como colofón final, la Virgen de Regla de Los Panaderos.

En este sentido, y en lo que respecta a la corporación de la calle Orfila, todo está preparado para un traslado histórico que comenzará en la noche del 5 de agosto, cuando el palio será trasladado de la capilla de San Andrés a la plaza del Duque, donde será introducido en un trailer que lo llevará a la capital de España. De igual modo, la Virgen será trasladada el día 14, también en un camión y en el interior de un cajón especialmente diseñado para este tipo de portes, ya que, no en vano, fue el que se utilizó para llevar a la Estrella hasta La Cartuja para su restauración. A partir de ahí, la Reina de Los Panaderos presidirá un triduo en la iglesia del Carmen, desde donde iniciará el 19 su participación en el Vía Crucis y a la que regresará después. Mientras, la vuelta a la capital hispalense se llevará a cabo el día 21, tras un besamanos extraordinario en su morada madrileña.

Así las cosas, todo está preparado en la capilla de San Andrés para una jornada que será histórica y en la que toda la cristiandad tendrá la oportunidad de disfrutar de la visión de la Virgen de Regla, que será la encargada de representar a la capital hispalense en el acto y que, curiosamente, estuvo a punto de cerrarla en la Carrera Oficial este año. Y es que aparte del debate que ha podido suscitar este evento, más allá de su conveniencia o no, lo cierto es que en la calle Orfila cuentan los días para acaparar más protagonismo que cualquier Miércoles Santo. Sólo cabe preguntarse si para Ella, como para muchos, no resultará demasiado.

miércoles, 27 de julio de 2011

Cofradías al pie de la Caleta

Julio ya se acaba y el calendario ya nos muestra la hoja de agosto preparada para estrenarse. Y lo cierto es que esta viene con grandes noticias para los cientos de cofrades sevillanos que veranean en Cádiz. Sobre todo porque el próximo día 14 podrán vivir un cursillo acelerado de la Semana Santa de la 'Tacita de Plata', puesto que con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, que traerá a Madrid al Papa Benedicto XVI, se celebrará un Vía Crucis extraordinario en el que participarán hasta quince pasos. De ellos, la inmensa mayoría serán de la capital gaditana, aunque también los habrá de su provincia e incluso de Ceuta.

Así, el cortejo estará encabezado por el misterio de la Oración en el Huerto de Barbate, seguido por el del Prendimiento de San Fernando, el del Cristo de Medinaceli de La Línea, el Señor Cautivo del monasterio de la Piedad (titular de la extinta corporación gaditana de El Prendimiento y que prácticamente se podría decir que jamás ha procesionado por la ciudad), el Ecce-Homo, el misterio de la Columna y Azotes de Alcalá de los Gazules, el Nazareno de Vejer de la Frontera, el Nazareno de Chiclana, El Encuentro, Humildad y Paciencia de Chiclana, el Cristo del Perdón (última obra documentada de Ortega Brú), el de la Vera+Cruz de San Roque, el del Amor de Río de San Pedro, La Mortaja de Algeciras y La Soledad de Puerto Real. Es decir, que todas y cada una de las estaciones del Vía Crucis estarán representadas, sirviendo además como el mejor muestrario posible de todos los tesoros capilleriles de la trimilenaria.

De este modo, quien tenga 'mono de pasos', la inmensa mayoría, ya sabe dónde acudir para calmarlo: al pie de la Caleta, en torno a esa Catedral que rezuma sabor a sal y que muchos tienen como paisaje cada verano o allá por febrero. Porque mientras aquí no queda otra que seguir esperando, en otros lados se apiadan de nosotros, con extraordinarias que hacen de veras honor a su nombre. Quizás demasiado exageradas para la que está cayendo (aunque no es lo mismo tirar de pasos de una misma provincia que de toda España), aunque igual de bienvenidas, sobre todo tras una Semana Santa que vino y se fue sin que apenas nos diésemos cuenta.

martes, 26 de julio de 2011

El epílogo de julio

Fue anoche, justo cuando estrenábamos este 26 de julio, desde el campanario de Santa Ana, la catedral de Triana. Entonces, las cornetas de las Tres Caídas entonaron una nana flamenca aderezada con luminarias con la que no sólo se honró a la Abuela de Dios, que hoy conmemora su día, sino que también sumióm a la ciudad en un letargo del que no despertará hasta dentro de una semanas, cuando la Virgen de los Reyes vuelva a derramar ríos de devoción a los pies de la Seo. Pero, hasta entonces, el último retazo cofrade seguirá siendo ese, el de una invitación a un duermevela que todos hemos acogido de buen grado, conscientes de que es inevitable, que como mandan los cánones habrá que seguir esperando.

Y habrá sido desde las alturas, sin pasos ni procesiones de por medio, algo que quizás cambie a partir del año que viene. Al menos, esa es la intención de la junta de gobierno de la Esperanza de Triana, quien además de haber encargado ya una imagen de Juan Pablo II para rendirle culto en su capilla quiere recuperar las salidas de la Abuela del barrio, tal y como se hacían antaño, durante esos días en los que la orilla más marinera de Sevilla vive sus días grandes, entre casetas y farolillos al pie del río. La intención está y la imagen, que hoy esperará en su casa la visita de sus vecinos, también. Quien sabe si a partir de 2012 será diferente...

Pero, de momento, todo es como ha sido durante los últimos años, con un campanario en el que redoblan cornetas como último recuerdo de un julio cofrade que ya se nos acaba. Curiosamente, a escasos metros del Guadalquivir, que durante las últimas semanas ha honrado como se merece a la patrona de todas las aguas, la que se llama Carmen y tiene rango de capitana. Aunque ya todo eso es parte del recuerdo, como lo sucedido anoche en Triana. Fue el epílogo perfecto antes de un nuevo parón, ese que nos acompañará mientras media Sevilla se va a la playa.

lunes, 25 de julio de 2011

Gubias y leyendas

La Semana Santa de Sevilla tiene un componente místico muy difícil de obviar. Y gran parte del mismo tiene que ver con sus imágenes. No en vano, existen multitud de leyendas, casi tantas como titulares de nuestras hermandades, sobre ellas, dándole un sabor especial a tantos siglos de historia que, afortunadamente, tenemos ante nuestros ojos. Así, de todos es sabido que sobre la Macarena cuentan que se encontraba en el hospital de las Cinco Llagas, actual Parlamento, y que la cofradía se hizo con Ella a cambio de un reloj para el citado inmueble. Eso sí, acordaron que de volver a entrar allí nunca volvería a salir. Sin embargo, la Virgen regresó a la que durante un tiempo dicen que fue su casa y no sólo la abandonó sino que se emancipó y se fue a vivir enfrente. Es más, con el paso de los años vio cómo hubo otra historia en torno a ella, la archiconocida de un borracho que le tiró accidentalmente un vaso a la cara, dañando su policromía, y que purgó este pecado después desfilando como penitente y con grilletes tras sus pasos cada Madrugá. Sin embargo, de ello no hay ninguna prueba, ni falta que hace...

Como tampoco existen sobre si Ruiz Gijón se inspiró en un gitano agonizante para sacar de la madera la cara del Cachorro. Sí las hay, en cambio, de que la talla original se encuentra en la capilla del Patrocinio y no en el panteón de la familia de Anibal González, adonde, como defienden muchos, habría llegado tras el incendio de 1973, en el que habría quedado tan dañada como para ser sustituida para una copia. Precisamente en aquel suceso pereció pasto de las llamas la titular mariana de la hermandad, cuyas cenizas reposan en el interior de la actual, que Álvarez Duarte talló a imagen y semejanza de la anterior.

Pero hay muchísimas más. Como la de ese hombre al que una Madrugá el Gran Poder le devolvió la visita entre la lluvia, poco después de que este prometiese que nunca más iría a verle por no haber atendido sus súplicas. O la de que Ortega Bru quedó tan impresionado por el Señor de la Caridad de Santa Marta que para darle más realismo llegó a pintar su sangre con la que corría por sus propias venas. Quizás ello explicaría lo mal que le sentó que la corporación de San Andrés sustituyese a su Virgen por la que actualmente tiene de Sebastián Santos y que obligó al gaditano a renegar de su obra, dejando muy claro en la espalda del Soberano Poder de San Gonzalo que ese, y ningún otro, era su "Cristo para Sevilla". ¿Y quien no sabe eso de que Martínez Montañés llegó a exigirle a Pasión que respirase, porque era lo único que le faltaba?

Mientras, Antonio Illanes quiso inmortalizar a su mujer para la posteridad, poniendo su cara a la Virgen de las Tristezas de la Vera+Cruz. Otros siguieron su estela en figuras secundarias para misterios, tomando como modelos a vecinos ilustres de diferentes barrios, personajes populares y a ellos mismos. De igual modo, a nadie se le escapa que Emilio Pizarro remodeló un ángel para crear a la Virgen de la Cabeza de Las Siete Palabras. Incluso hay imágenes, como el Señor de la Salud de La Candelaria o la Virgen de la Angustia de Los Estudiantes (que pudo haber sido de San Gonzalo por cuestión de unos pocos minutos) que han paseado por la ciudad como titulares de dos hermandades distintas. Y también hay quienes defienden que el Señor de la Salud de Los Gitanos de Montes de Oca no se quemó en el incendio de San Román de 1936 y que, como también dicen del Cristo de Mena de Málaga, algún día volverá a ver la luz.

También están mitos sobre los que se han fraguado la fama de algunas corporaciones, como la del parecido del Cristo de Burgos con el de la Catedral de la provincia castellanoleonesa, o la de la 'Valiente' de La Estrella, por salir en plena República, en el año 1932, o la de que Jesús Despojado es el 'Cristo de la cárcel' por haber sido tallado allí por Antonio Perea mientras cumplía condena. Y la lista sería infinita, puesto que no habría papel suficiente como para darles cabidas a todas. Sobre todo, porque en un campo en el que la historia y lo religioso se dan tantísimo la mano es imposible que no las haya. Pero también porque esta ciudad se presta desde siempre a ello, tanto que, parafraseando a Bécquer, su historia podría resumirse entre 'Gubias y Leyendas'.

domingo, 24 de julio de 2011

La última del Carmen

Aunque hoy el calendario nos diga que celebramos el día de Santa Cristina, por unas horas volveremos hacia atrás y viviremos al son que marque una Virgen del Carmen. Y es que esta tarde nos despediremos por todo lo alto del ciclo marinero por excelencia, así como también a las procesiones en Sevilla capital hasta el próximo mes, cuando la Virgen de los Reyes haga que muchos desafíen a las altas temperaturas y los madrugones, provocando que la ciudad vuelva a rezumar ese ambiente cofrade que vive sus días grandes durante la Semana Santa.

Pero hoy, las calles volverán a teñirse de marrón y blanco en las inmediaciones de la Alameda, con una Virgen del Carmen de Calatrava que ya salió hace un par de semanas paseándose por el río (recuérdalo aquí) y que esta tarde cambiará las aguas del Guadalquivir por un mar de cabezas que la buscarán para que Ella calme las ansias de pasos de una capital hispalense que continúa esperando que la primavera regrese y todo se llene una vez más de túnicas y capirotes. De momento, lo harán de sabor a sal y escapularios.

Y con ese sabor tan marinero despediremos en clave cofrade el mes, al que aún le falta una semana por vivir con alguna que otra salida en la provincia. Pero aquí en la capital habrá que volver a armarse de paciencia para ver otra cofradía. Ya será dentro de una semanas o, para aquellos que emigren en busca de playas, algo más. Por eso, la visita de esta tarde es obligada, porque nadie puede pensar en irse de vacaciones o empezar este parón capillita sin haber disfrutado antes, y como se merece, del Carmen de Calatrava.

sábado, 23 de julio de 2011

Distancia

A estas alturas de julio, media Sevilla ha emigrado hacia las playas, viendo desde la distancia lo poco que sucede en la ciudad por estas fechas. Quizás por ello, a uno se le viene a la mente aquellos que durante los días grandes viven una situación parecida, tirando de la televisión, internet o la radio para vivir lo que sucede en las calles hispalenses, que por unas horas, y gracias a la grandísima labor que cumplen entonces los medios de comunicación, parecen estar más cerca que nunca, aunque puedan encontrarse en la otra punta del planeta.

Y es que quienes jamás hemos experimentado esa sensación llegamos a imaginarla como la peor de las penitencias posibles, puesto que estar lejos de la capital hispalense cuando se celebra la fiesta que le da sentido es prácticamente inconcebible. Pero hay veces en las que el trabajo u otros factores pesan mucho más de lo deseado y no queda otra que aguantarse, esperando que otros puedan ejercer de ojos y oídos para poder sentir lo que no está a nuestro alcance, pero la tecnología nos pone por delante como si fuese un auténtico milagro. Da igual que no se pueda oler el incienso y el azahar, o que los efectos de la bulla lleguen a echarse de menos. Las emociones campan a sus anchas, incluso en mayor medida, por el cuerpo de cada uno, erizando la piel más allá de lo que podrían hacerlo si todo sucediera con total normalidad.

¿Cabe más devoción que esa, la de creer sin ver más allá de un monitor o escuchar lo que suena en un transistor? Sin duda. Porque son situaciones así las que, aunque no lo parezca, dan sentido a la Semana Santa, más allá de lo que muchos tildan de una fiesta que ha perdido su original sentido religioso por lo folclórico. ¿Por eso hay quienes no pueden vivir sin ella aún a miles de kilómetros de distancia? ¿Acaso no hay quienes no dudan en recorrerlos para disfrutarla aunque sea a cuentagotas? Esa es la magia de los días grandes, que crecen sin límites, inyectando su 'veneno' a quien participa en ella para que nadie pueda paliar sus efectos jamás. Quien lo ha probado lo sabe, y ejemplos hay de ello no sólo en Sevilla...

viernes, 22 de julio de 2011

Los 'tapados' de Sevilla

En Sevilla, aunque muchos piensen lo contrario, no todas sus grandes devociones salen a la calle. Cierto es que la inmensísima mayoría sí lo hace, sobre todo porque la práctica totalidad de imágenes que levantan pasiones en la ciudad pertenecen a hermandades y, por tanto, procesionan. Sin embargo, hay casos puntuales que confirman lo contrario, que hay excepciones que muchísimos pasan por alto. Es el caso del Cristo de San Agustín, que dejó hace muchísimos años de formar parte del cortejo de San Roque y que sólo ha visto el color del cielo en contados Vía Crucis desde entonces. O el del Señor de los Desamparados, del Santo Ángel, que tras marcharse La Lanzada del citado templo, hace un par de siglos, fue condenado a un ostracismo del que comienza a salir poco a poco en la actualidad.

Pero más allá de estos ejemplos, con vinculación directa a corporaciones, hay un par de ellos todavía más llamativos, puesto que tienen una auténtica legión de fieles sin ser titulares de ningún colectivo cofrade. Es lo que le ocurre al Cautivo de San Ildefonso, al que no lo faltan cada primer viernes de mes ni, sobre todo, cada Cuaresma, en el que las colas inundan las inmediaciones de este templo que sirve casi de frontera entre el centro y la judería. Y eso que esta obra anónima del siglo XVIII jamás ha abandonado su iglesia más allá de un Vía Crucis hacia la Cruz del Campo en 1964, un par de salidas extraordinarias durante las Misiones Generales de 1965 y algún que otro Rosario por la feligresía.

También en contadas ocasiones se ha podido disfrutar a cielo abierto del Señor de la Clemencia, de Martínez Montañés, uno de los grandes tesoros que guarda nuestra Catedral, concretamente en la capilla de los Cálices. No en vano, la hermandad de El Calvario pidió a Ocampo que se inspirase en él para tallar el crucificado de la Madrugá y no son pocos los que acuden a la Seo con la firme intención de admirar esta auténtica obra de arte que vimos por última vez por nuestras calles hace 91 años, cuando en 1920 lo hizo durante un Santo Entierro Grande.

Y pese a que nadie les espera cada año en una determinada esquina, ni forman parte de ningún programa de mano, toda la ciudad los conoce y se rinde a sus plantas cualquier día del calendario. Quizás, porque aquí, pese a lo que muchos piensan, no hacen falta pasos ni tronos para tener fe, puesto que eso es absolutamente secundario. Porque la devoción desafía cualquier norma y ley, todo límite de tiempo y espacio. Quien no lo crea, que se pase por San Roque, el Santo Ángel, San Ildefonso o la Catedral y descubra en primera persona cómo Sevilla reza a sus 'tapados'.

jueves, 21 de julio de 2011

La Rambla, de Martes Santo

La localidad cordobesa de La Rambla tiene en su poder ahora mismo a parte de nuestro Martes Santo. En concreto, los dos últimos pasos de Cristo en pasar por Carrera Oficial en esa jornada, los del misterio de La Bofetá y el del Señor de las Misericordias de Santa Cruz, se encuentran allí, en los talleres de Juan Amador García Casas, donde están siendo sometidos a diversos trabajos de carpintería para volver a brillar con luz propia por las calles de Sevilla dentro de menos de nueve meses.

En este sentido, el primero en llegar a tierras califales fue el de la corporación de Mateos Gago, que lo hizo a finales de mayo para que se le ejecutara una nueva parihuela, un cajillo para la cruz del Cristo y se le remodelase el monte sobre el que debe ser ubicado. Por su parte, el trono de la cofradía de San Lorenzo, que arribó al taller el pasado martes, verá como también se le hace otra parihuela en madera de cedro y, a su vez, se le coloca una estructura interior que permitirá afianzar las piezas externas (canastilla y respiraderos) y que será coronada con una tablazón laminada.

Tanto en un caso como en el otro, se estima que tendremos que esperar hasta bien entrado el otoño para que los pasos vuelvan de nuevo a sus almacenes en la capital hispalense. De hecho, está previsto que el de Santa Cruz lo haga a lo largo del mes de noviembre, plazo similar al del misterio de La Bofetá, hermandad que, por otro lado, ya tiene decidido que su paso de palio pase por el mismo proceso en cuanto finalice la Semana Santa de 2012, ésa en la que tanto el Señor de las Misericordias como el que está ante Anás vivirán un peculiar estreno que se está cociendo en este momento.

miércoles, 20 de julio de 2011

Recuerdos para no recuperar

En estos días se conmemoran 75 años de la jornada más complicada de la historia reciente de España y la más dura de las cofradías de Sevilla. Fue durante la madrugada del 18 al 19 de julio de 1936, cuando justo tras el alzamiento protagonizado por Franco y secundado en la capital hispalense por Queipo de Llano. A partir de entonces, las milicias republicanas respondieron con un ataque sistemático contra la práctica totalidad de los templos de la ciudad, quemándolos casi todos y acabando con gran cantidad de los titulares de muchísimas corporaciones. Así, el sentimiento anticlerical que se había ido alimentando durante la II República alcanzó su cénit, llevándose a su paso tallas como las de Los Gitanos, de Montes de Oca, o las recién estrenadas de La Hiniesta de Castillo Lastrucci.

A partir de ahí, muchos fieles salvaron a imágenes como las de la Amargura o La Macarena, escondiéndolas en sus casas o otros sitios. Todo con tal de que la barbarie, ésa que dejó tantísimos cadáveres y mutilados a su paso, no borarra de un plumazo siglos de devoción que ya tenían cara y rasgos determinados para los sevillanos. De este modo, tuvieron lugar bellísimas historias que conocimos tiempo después y que ahora ya forman parte indivisible de los mitos de nuestra Semana Santa. Detalles que dieron lugar a la creación de héroes anónimos y permitieron, en cierto modo, que nuestra fiesta más grande de la capital de Andalucía sea como es.

Ahora, tres cuartos de siglo después de aquella noche negra, que acabó con un amanecer en el que el humo brotaba a borbotones por todos sitios enmarcarando el sol, hay quienes no pasan por alto la oportunidad de recordar lo que sucedió, aunque, a veces, cometiendo el error de desgajarlo de un contexto en el que, quieran o no, estos hechos sólo tienen un carácter muy secundario. ¿Acaso pesan menos que los muertos causados por ambos bandos? Y si nos fijamos en esto, ¿por qué no en el ataque al bar Casa Cornelio, donde años después se ubicó la basílica de La Macarena?

La historia no es más que la memoria que no desaprovecha la ocasión para visitarnos de nuevo y hacernos aprender. Y en esa dinámica, los sucesos de aquella noche deben invitarnos a reflexionar sobre hasta dónde puede llegar la sinrazón humana y, sobre todo, qué debemos evitar que vuelva a ocurrir. Pero, mal que nos pese, esos sucesos fueron un mal menor en comparación con el resto, puesto que todos los templos y hermandades volvieron a florecer con el tiempo, pero quienes cayeron por defender sus ideales, ya fuesen unos u otros, no tuvieron esa oportunidad. Ésa, y no cualquier otra, ni siquiera de tantísima importancia artística, religiosa y emocional como la de aquella madrugada, es la gran tragedia de aquel conflicto que nunca debió empezar y tardó tanto en terminar.

Por eso, en tiempos en los que se hace tanta gala de la memoria histórica, tan necesaria como difícil de administrar en su justa medida, hacer alusiones a parcelas concretas de aquel periodo, obviando el resto, no es sino volver a echar leña a un fuego que, pese a los años, sigue ardiendo al más mínimo roce de la brisa. Porque las heridas siguen abiertas y lo harán mientras no se tenga una visión de conjunto, de lo sufrido y perpetrado por cada bando. Y es que en una guerra entre hermanos sobran verdugos y brillan por su ausencia los inocentes, por lo que, 75 años después, querer culpar al otro de lo que hizo, pasando por alto lo que recibió de nuestra parte, no es más que seguir queriendo distinguir entre dos Españas que todos deseamos que, de una vez por todas, se reencuentren.

martes, 19 de julio de 2011

La primera piedra

Aunque oficialmente en Sevilla la festividad de Santa Justa y Rufina se conmemoró el pasado domingo, para el resto de España se celebra hoy. Sea como fuere, lo cierto es que las dos santas trianeras son noticia en los últimos días, ya que podrían volver a recobrar la importancia que deberían tener en la ciudad, sobre todo en su orilla más marineras, y que perdieron hace unos años. A ellos está dispuesta la hermandad de La Estrella, que las tiene entre sus titulares y pretende reactivar su culto en un futuro muy cercano, prácticamente inminente.

De hecho, la corporación del Domingo de Ramos ya ha encargado sendas tallas de ellas, con la intención de no sólo ubicarlas en un lugar preferencial de su capilla en la calle San Jacinto, sino, incluso, contando con la posibilidad de sacarlas en procesión por las calles del barrio cada 17 de julio, rindiéndole honores como las dos vecinas más ilustres que ha tenido el viejo arrabal en toda su historia. En este sentido, la cercanía de la fecha en cuestión con la celebración de la Velá de Santa Ana, donde no olvidemos que se resaltan cada año la importancia de diferentes trianeros, reforzaría aún más esta opción que, de momento, sobrevuela con fuerza sobre la cabeza de los miembros de la actual junta de gobierno.

Si se llevase a la práctica esta idea, la capital hispalense paliaría, aunque fuese sólo en parte, la deuda que mantiene con sus santos patrones. Así, Santa Justa y Rufina recuperarían la senda que hace años perdió San Fernando (recuérdalo aquí) y a la que nunca han podido aspirar ni San Isidoro ni San Leandro. ¿Podría ser esta iniciativa el punto de arranque de un paulatino reencuentro de la ciudad con todos ellos? Quién sabe. Al menos en San Jacinto parece que se está poniendo la primera piedra. Todo depende de que otros quieran seguir construyendo.puesto que ninguno de ellos protagoniza exclusivamente ninguna procesión en la ciudad.

lunes, 18 de julio de 2011

Por tierra y agua

Cerramos el fin de semana de la Virgen del Carmen como mandan los cánones, con el agua como testigo. Pese a ser lunes, Sevilla vive todavía inmersa en el fin de semana. Pero no en uno cualquiera, sino en el de la Virgen del Carmen, que hoy tendrá su epílogo en la orilla más marinera de la ciudad: Triana. Allí, la Virgen de la capillita del puente, esa que recibe a todo aquel que cruza la frontera entre el centro y el viejo arrabal, proclamará a los cuatro vientos su condición de Reina de los Mares, paseándose primero por las aguas de un Guadalquivir que ya comienza a ver de reojo la Velá de Santa Ana y, después, por las calles de una Cava que volverá a rendirse a sus plantas.

Para ello, cambiará por unas horas su recoleta capilla por la parroquia de la calle Castilla, la de La O, desde donde será trasladada al paseo del mismo nombre para iniciar su primer paseo de la jornada, en el que de nuevo el río, como ya hizo el viernes con el Carmen de Calatrava, volverá a rezumar ambiente de cofradías y a ser la arteria hispalense más larga. Más tarde, y tras haber regresado junto a los titulares de la corporación del Viernes Santo, subirá a su paso y saldrá a reencontrarse con su barrio, que volverá a arremolinarse en torno suyo como siempre, como cada año.

Y así, como si fuese domingo, nos despediremos en Triana de un fin de semana intenso, en el que no nos ha faltado de nada y que, incluso, nos traerá una nueva propina el domingo con una nueva salida del Carmen de Calatrava. Porque puede que a Sevilla le falte mar, pero le sobran devoción y ganas de honrar a la advocación mariana más marinera, esa que hoy de nuevo en el río demostrará que tiene nombre de mujer y rango de capitana.

domingo, 17 de julio de 2011

El centro, de marrón y blanco

Seguimos inmersos en el fin de semana de la Virgen del Carmen. Hoy, todo el protagonismo lo acaparará el Santo Ángel, con la procesión de la Reina del Carmelo más singular de cuantas lo hacen en Sevilla. No en vano, a diferencia del resto, se trata de una cofradía que saca dos pasos a la calle, ya que además de la Madre de Dios saldrá también Santa Teresa, lo que traerá consigo una mezcolanza de aires que, por unas horas, nos llevará al mes de septiembre, en el que verano y otoño comienzan a darse la mano.

Pero ya se encargará el mercurio de hacernos caer en lo contrario, como también las calles engalanadas de marrón y blanco, entre escapularios y marineros que nos harán ver cómo vive el corazón de la ciudad una de las devociones marianas más importantes. Con una imagen que quizás jamás haya visto el río, pero sí mareas de devoción a cada paso que da en un domingo en el que todas y cada una de las miradas cofrades se dirigirán hacia Ella.

Porque hoy, de nuevo, el centro viste sus mejores galas en la que será la última procesión de Gloria por sus calles hasta que la Virgen de los Reyes cumpla con la tradición el próximo 15 de agosto. Cierto es también que aún quedan dos cofradías más por salir, pero ninguna de las dos lo hará por las inmediaciones de una Carrera Oficial que hoy veremos más cerca que nunca a pesar de que el calendario diga lo contrario. De eso se encargará, tal y como lo hace cada año por estas fechas, la Virgen del Carmen del Santo Ángel.