Arriando los zancos

Pues, como quien no quiere la cosa, se nos acaba el mes de julio. Hoy llegamos al día 31, fecha marcada en rojo en muchos calendarios (cada vez en menos por desgracia debido a los rigores de la crisis) porque arrancan las vacaciones. Y en el caso de esta humilde bitácora, como viene siendo costumbre desde que empezamos, también es una jornada de despedida, puesto que arriamos nuestros zancos para tomarnos un descanso, relajarnos y retomar fuerzas para cuando llegue el momento del retorno, allá por el día 1 de septiembre, cuando poco a poco la ciudad comience a despertar de su letargo cofrade.

Atrás queda un ciclo de once meses intensísimo, que estrenamos también un 1 de septiembre y durante el que ha habido de todo, incluso, por qué no decirlo, más decepciones que alegrías. En cualquier caso, tiempo habrá para quitarnos los malos sabores de boca cuando todo vuelva a su punto de inicio, en ese instante en el que las casas hermandad vuelvan a llenarse, las Glorias inicien su segunda parte llevándonos de la mano hasta las Navidades y comencemos a contar los días con mayor atención hasta una nueva Semana Santa que irá poco a poco aproximándose.

Hasta entonces, será el momento de mirar para otro lado, de sumergirnos de lleno en este letargo que hace que la ciudad piense más en playas y escapadas que en capirotes y túnicas. Aunque, eso sí, volviendo a la normalidad, de manera efímera, durante el 15 de agosto junto a la Virgen de los Reyes. Eso, nos lo van a permitir, lo viviremos desde el punto de vista de un simple espectador, puesto que aquí no habrá más actualizaciones hasta el 1 de septiembre, cuando volvamos a nuestra cita diaria con el mundo de las cofradías y a cumplir con ese pacto no escrito de estar a disposición de los que están al otro lado de la pantalla. A todos, muchísimas gracias por estar ahí. Volvemos a vernos dentro de un mes. ¡Felices vacaciones!

Un retorno antes del letargo

Julio comienza a despedirse de nosotros. Hoy afrontamos el penúltimo día de esta séptima hoja del calendario, una jornada que nos regalará todo un regreso a casa, el de la Virgen de la Angustia, que a partir de las 20.30 horas estará de nuevo en la capilla del Rectorado, a la que regresará tras haber pasado unos meses en la que un día fue su sede canónica, la iglesia de la Anunciación, siendo restaurada en el taller del profesor Arquillo, que se se ha encargado de devolverle casi toda la juventud que había perdido en los últimos años (recuérdalo aquí).

Por este motivo, sus devotos, a los que se le ha hecho eterna la espera, estarán allí para recibirla, con una misa de acción de gracias que servirá también para darle la bienvenida. Un momento de reencuentro, en la que los hermanos de Los Estudiantes se arremolinarán en torno a la talla para ver los cambios que ha experimentado, pero también para templar los nervios que se han hecho de notar en las últimas fechas y calmarlos con la simple visión de su Reina, la misma que como ellos ya estará pensando en la llegada de un Martes Santo donde espera llamar la atención de propios y extraños.

Todo justo antes de que arranquen unas vacaciones que ya se notan por Sevilla, dejando casi desiertas sus calles. Hoy, buena parte de culpa de que aparezcan así la tendrá la Virgen de la Angustia, que acaparará protagonismo en su vuelta a casa, junto al Señor de la Buena Muerte y exhibiendo una lozanía que había ido perdiendo de manera paulatina con el paso del tiempo, pero que habrá recuperado gracias al buenhacer de un maestro que la trae de vuelta a su juventud antes de un letargo que ya comienza a dejarse notar, y al que llegaremos viendo retazos de un Martes Santo como si fuesen producto de un sueño.

Susto en El Rocío

La ermita de la Virgen del Rocío vivió en la noche del pasado miércoles uno de los mayores sustos que se recuerdan por la aldea. No en vano, de madrugada, tuvo que desalojarse el templo e incluso la casa hermandad de la matriz, debido a una amenaza de bomba que, como es lógico sembró el pánico en la zona. Una situación que, afortunadamente, se quedó en una simple anécdota, pero que tuvo en vilo a propios y extraños, devotos y visitantes durante unas horas que parecieron pasar con mayor lentitud de la que señalaba cualquier reloj.

Todo comenzó cuando una mujer, vecina de Almensilla según las investigaciones posteriores, dejó una olla en el interior de un confesionario. Más tarde, cuatro miembros de la hermandad la encontraron y dieron la voz de alarma a la Guardia Civil, que por seguridad decretó la clausura del santuario. A continuación, miembros de los artificieros y la unidad canina rastrearon a fondo la ermita, llegando a la conclusión de que la olla no tenía elementos explosivos en su interior, pese a que algunas informaciones comentaron lo contrario. Sea como fuere, la historia se resolvió con la reapertura de la iglesia y la posterior detención de la sospechosa en un bar cercano. 

A este respecto, la acusada, que se ha negado a declarar, ha sido puesta en libertad con cargos, algo que, en cualquier caso, no ha evitado que la Aldea haya vuelto a un ambiente de total normalidad que sólo se ve condicionado por la inminente salida de la Virgen el próximo 19 de agosto, con motivo del Año de la Fe. Con todo ello, la cosa queda en un susto que fue de aúpa en su momento, pero que pasará a la posteridad como una anécdota más de cuantas han tenido como protagonista a la casa más importante de las Marismas. Algo que pudo acabar como una tragedia y que, ya fuese por unas razones u otras, acabó sin mayores consecuencias.

¿Un Santo Entierro Grande en ciernes?

Desde hace semanas hay un runrún que recorre toda Sevilla. Los actos que se están llevando a cabo en toda Andalucía para conmemorar el Año de la Fe están dejando a la capital hispalense en mal lugar, puesto que no se ha acometido ningún otro plan al margen de aquel Vía Crucis Magno de ingrato recuerdo (míralo aquí). Pues bien, parece que desde el Consejo se están moviendo para hacer algo especial que ponga el broche de oro a una efeméride que hasta el momento había pasado por la capital hispalense de puntillas, un acto que, además, serviría para poner el colofón a la próxima Semana Santa.

Hablamos de un Santo Entierro Grande en el que participarían las imágenes elegidas para la magna prevista para el pasado 17-F (recuérdalos aquí) y del que ya se tiene conocimiento en todas las juntas de gobierno implicadas. En cualquier caso, se trata de una idea que todavía está en fase embrionaria y que, incluso, tiene como posible sustituta una Magna Mariana que podría celebrarse también el mismo Sábado Santo. Sea como fuere, desde San Gregorio se están estudiando los pros y los contras de ambas opciones, teniendo al Arzobispado al tanto de todo lo que ocurre, puesto que también se encuentra interesado en cerrar bien un Año de la Fe que ha deparado tantos sinsabores.

En cualquier caso, cabe recordar que esta medida llegaría tarde, puesto que la efeméride dejará de conmemorarse en diciembre, por lo que se ve más como un intento de maquillar los errores cometidos en este 2013 que como broche de oro de algo. Queda saber si el Consejo tirará de valentía y después del esperpento del 17-F volverá a probar suerte con algo extraordinario. O si surgen problemas, como que Torreblanca tendría muy difícil salir de Santa Marina por razones compatibilidad con los horarios de La Resurrección (o quizás por eso diga Bourrellier que los lasalianos saldrán por la mañana), que desactivasen esta opción. En este sentido, los próximos meses nos darán la respuesta.

Portadas macarenas

Aunque quedan algo más de nueve meses para la Feria de Abril de 2014 (que curiosamente se celebrará íntegramente en mayo), parece que ya vemos más cerca la semana de farolillos. De hecho, hace unos días conocimos cómo será la portada, que en esta edición estará inspirada en los antiguos kioscos del agua que proliferaban por la ciudad entre finales del siglo XVII y XVIII. Una decisión que ha dejado en nada dos propuestas tremendamente cofrades y macarenas, que querían llevar al Real todo el sabor de este Año Jubilar que se está celebrando a la vera del Arco y que se extenderá hasta finales de mayo.

Así, nos hemos quedado sin ver una portada que recreaba a una de las mariquillas que la Reina de San Gil luce en su pecherín y que fueron regaladas por Joselito el Gallo. Una propuesta innovadora y diferente a lo que estamos acostumbrados a ver y que, quizás por eso, se ha quedado en el camino. En este sentido, se bajó del tren de la elección justo al mismo tiempo que otra que tenía como motivo central a la basílica, que aparecía flanqueda a cada lado por sendas reproducciones del Arco. No obstante, y pese a la innegable belleza de esta idea y su carácter tradicionalista, tampoco ha recibido el total apoyo del jurado.

Con todo ello, se optó por la que recrea a los kioscos del agua, que, en cualquier caso tendrá un detalle que recuerde el 50 Aniversario de la Coronación Canónica de La Macarena. Será a través de un emblema que estará formado por las mariquillas, los imperiales de su corona y una 'L' (50 en números romanos) que entrelazará todos estos elementos. Este símbolo aparecerá recogido en cada una de las dos torres de la portada, que, de este modo, se sumará a un Año Jubilar que llevará a Los Remedios una pizquita de Esperanza, la misma que reina en San Gil siempre a sus anchas.

A vueltas con La Resurrección

Quizás porque el ciclo del Carmen nos ha tenido demasiado absortos como para notarlo o porque los rigores del verano centran nuestra atención en playas y piscinas, lo cierto es que han pasado casi sin pena ni gloria unas manifestaciones del presidente del Consejo, Carlos Bourrellier, que, cuanto menos, dan que pensar. Las hizo hace unas semanas en Málaga, donde sin ningún tipo de problema avanzó que la hermandad de La Resurrección es probable que en 2014 no salga en la madrugada del Sábado Santo al Domingo de Resurrección, sino por la mañana de la jornada que pone fin a los días grandes.

Una noticia que, en cualquier caso, habría que tener en cuarentena. Sobre todo, cuando la propia corporación de Santa Marina rechazó cambiar de horarios a finales de 2012 (recuérdalo aquí) y, hasta el momento, no se ha pronunciado nadie de su junta de gobierno acerca de esta novedad que ya se barajó con motivo del Año de la Fe (míralo aquí) pero que nunca vio la luz. En este sentido, quizás desde San Gregorio se tengan datos que no hayan trascendido al resto o, incluso, esté planificando una clausura de esta efeméride por todo lo alto en Semana Santa (sobre este tema hablaremos muy pronto) y uno de los puntos que se está teniendo en cuenta es que El Resucitado salga con un horario distinto.

Sea como fuere, si hubiese novedades las conoceríamos en los próximos meses, sobre todo según se vayan acercando la Semana Santa. En cualquier caso, parece que el Consejo tiende la mano a ese sector tan importante de la cofradía lasaliana que quería abandonar su horario de siempre y puede que este detalle haga que se replanteen las cosas en Santa Marina. O tal vez sólo fuese un comentario desafortunado que ha visto la luz y que no debiese ser tenido en cuenta. Sea como fuere, el tiempo nos dará una respuesta a todas las dudas que Bourrellier ha creado yéndose de la lengua.

Cambios en Jerusalén

El próximo Domingo de Ramos veremos el paso de La Borriquita de un modo diferente, como sólo lo recuerdan los más antiguos. No en vano, será como un particular regreso al pasado, propiciado por una modificación que no sólo traerá una ubicación distinta para el Señor de la Sagrada Entrada, sino también nuevas figuras para el misterio. De ello se encargará Fernando Aguado, en quien ha confiado la junta de gobierno de El Amor para que la primera escena que veamos en Carrera Oficial se ajuste más y mejor a lo expuesto por los Evangelios sobre cómo llegó realmente Jesús a Jerusalén.

Para ello, se va a poner más atrás al Señor, ubicándolo prácticamente en el centro del paso, elevándolo un poco para que pueda contemplarse mejor a pie de calle. Del mismo modo, habrá dos nuevas figuras. Una, la de un niño que irá en la delantera. Las otra sustituirá a otra que ya existe, como una mujer hebrea, mientras que se suprimirá la de un hombre que aparece junto a la palmera. Con todo ello, parecerá como si al Señor lo recibiese una muchedumbre que extiende sus capas para hacerle una especie de alfombra por la que debería avanzar a su paso, tal y como exponen las Escrituras. 

Así las cosas, se recuperará una imagen que fue normal hasta los 70, cuando Abascal reformuló la escena dando lugar a la composición actual, que tiene los días contados. Como consecuencia, ya tenemos un reclamo más para acudir a ver a La Borriquita en 2014, y ya no sólo para inaugurar como mandan los cánones una nueva Semana Santa, sino también porque podremos disfrutar del primer misterio que pasa por Campana de manera diferente, como si fuese nuevo. No en vano, parte de él lo será, aunque recupere, de paso, todo el sabor añejo que muchos hemos podido paladear sólo a través de fotos en blanco y negro.

Donde habita la Esperanza

Para muchos, en esa basílica que se encuentra a la vera del Arco vive la Esperanza. Muchos la conocen con ese rostro que no sabe si ríe o llora, de esa jovencita que nadie sabe quien la creó pero que sigue pareciendo que cuenta con veinte primaveras pese a que ya cuenta con más de cinco siglos a sus espaldas. La Reina de San Gil, la Señora de Sevilla o simplemente Macarena, como la conocen en todos los confines del mundo, ya que la devoción que despierta no conoce de fronteras. Ni siquiera en la capital hispalense, donde dentro de unos meses habrá una Virgen que cambiará su recorrido ir a verla.

Será el próximo 4 de octubre, cuando otra Esperanza, la Divina Enfermera, se acerque a su casa para participar en los actos de ese Año Jubilar Macareno que arrancó el pasado 1 de junio con motivo del L Aniversario de la Coronación Canónica de la Dolorosa. Una visita histórica, que nunca jamás ha tenido lugar y que, probablemente, puede que no se repita. No en vano, salvo que se haga a la inversa durante la Madrugá, y por motivos de lluvia, es prácticamente imposible que la titular letífica de San Martín y la Virgen de la Esperanza vuelvan a verse cara a cara.

Con todo ello, la Divina Enfermera y la Macarena compartirán por unos momentos algo más que advocación. Además, la imagen gloriosa pasará a formar parte de ese selecto grupo de titulares hispalenses que han pisado la basílica, entre las que estarían la Reina de Todos los Santos, la Virgen de los Desamparados de San Esteban, la del Rosario de Montesión o el Carmen de San Gil. Aunque, en este caso, todo será más especial si cabe, dando mayor sentido a aquellos que señalan sin rubor que a la vera del Arco habita la Esperanza. No en vano, el próximo 4 de octubre estará presente a raudales en ese templo del que arranca la Madrugá cada año. Puesto que está teñido de ese Verde que destilan tanto la Macarena como la Divina Enfermera.

En Huelva recapacitan

Hace meses, cuando prácticamente no nos había dado tiempo a darnos cuenta de que ya estábamos viviendo en 2013, el Obispado de Huelva tomó la determinación de no celebrar un Santo Entierro Magno con motivo del Año de la Fe (recuérdalo aquí). Sin embargo, parece que el paso del tiempo ha hecho reflexionar profundamente a la curia onubense, hasta el punto de que, aunque ya no puede cambiar aquella decisión, sí se va a hacer algo extraordinario con motivo de la efeméride que seguiremos celebrando hasta el próximo mes de diciembre. Y será algo con la Virgen como protagonista.

Porque el día 19 o el 26 de octubre se celebrará una Magna Mariana en la que las imágenes participantes (aún se desconoce cuántas y cuáles) se trasladarán a la Plaza de las Monjas, donde se celebrará una eucaristía para después ir desde la Gran Vía al Ayuntamiento, punto a partir del cual cada una regresará a su sede canónica. En este sentido, también está por decidir si los traslados serán con música o en silencio, algo que, en cualquier caso, deberá saberse a lo largo de los próximos meses, cuando quede definitivamente conformado este acto que, a buen seguro, hará las delicias de muchísimos cofrades tanto de Huelva como de otras localidades cercanas.

Así las cosas, y a la espera de más novedades, ya habrá quienes tengan una nueva fecha marcada en rojo en el calendario, haciendo hueco en su agenda para una visita a tierras onubenses que será diferente y también interesante, desvelando tesoros ocultos que, de otro modo, no conoceríamos. Una excusa más para coger el coche o el autobús y devorar kilómetros rumbo a una ciudad hermana y que en clave cofrade tiene mucho que ofrecer. De hecho, podremos comprobarlo en breve, dentro de apenas cuatro meses, cuando el verano sea ya sólo un recuerdo y afrontemos la recta final de un Año de la Fe que por Sevilla ha pasado casi de puntillas.

Dos bajas más

El verano sigue haciendo de las suyas. No tanto por las altas temperaturas, que en los últimos días nos han dado un poco de tregua, sino porque, como mandan los cánones, muchas de nuestras hermandades siguen mandando a restaurar a sus respectivos titulares. Tanto es así que recientemente han sido dos más las que han hecho esto. Se trata de La Trinidad, que ha confiado en el IAPH para que retoque a la Virgen de la Concepción, y la Divina Pastora de Capuchinos, que pasará bajo la atenta mirada y las gubias de Fernando Aguado. 

En el primer caso, es la segunda vez que se retira al culto la talla en apenas un año, puesto que en julio de 2012 ya fue trasladada al IAPH, para estudiar su estado de conservación. En este sentido, los informes de aquellos análisis recomendaron que se restaurase, algo que desde ayer mismo está haciendo Miñarro. Mientras, en el caso de la Reina de Capuchinos, la intervención, a diferencia de lo que ocurre en territorio salesiano, sí tiene fecha de finalización, puesto que se espera que la Virgen esté de vuelta en su sede canónica para primeros de septiembre, aunque no han trascendido qué se le va a hacer exactamente.

Sea como fuere, lo cierto es que tanto una como otra dejarán un importante vacío en sus respectivas iglesias, pese a que los efectos del verano, con la reducción de fieles que llevan aparejadas las altas temperaturas, mitiguen las consecuencias de sus ausencias. No obstante, habrá quienes estén contando las horas para que vuelvan a sus casa, para poder rezarles a diario y pedirles ayuda en estos tiempos en los que cualquiera que se reciba parece insuficiente. Quizás por eso deben pasar por el taller y volver como nuevas, ofreciendo a su regreso más consuelo del que hasta ahora podían aportar a sus devotos por el paso de los años.

Fin de ciclo

Ahora sí. El ciclo del Carmen se nos escapa como el agua entre las manos. Tras una semana intensísima, en la que hemos tenido procesiones teñidas de marrón y blanco casi por doquier, llega el momento de la última, esa que dará paso a un letargo cofrade que la ciudad necesita y teme casi a partes iguales. Porque en cuanto dejen de sonar marchas esta noche en la Alameda, no volveremos a escucharlas, a excepción de junto a la Virgen de los Reyes, hasta que estrenemos el mes de septiembre junto a la Virgen de Guadalupe de San Buenaventura. Por eso, la jornada de hoy viene con un importante sabor a despedida bajo el brazo.

El mismo que acompañará a la Virgen del Carmen de Calatrava por las calles de su feligresía, por donde volverá a regalar clasicismo y elegancia a partes iguales, mientras el termómetro hace de las suyas y nos recuerda que estamos en pleno verano, no en primavera. Así, entre gente que buscará cada revirá para disfrutar de Ella, bullas situadas en puntos estratégicos del recorrido y al compás que marquen costaleros y marchas, como si fuese por los efectos de una nana, la Sevilla cofrade se irá sumiendo en su particular sueño, pensando en que llega el momento de parar y retomar fuerza para el segundo tramo de las Glorias en este 2013.

Quizás por ello, esta procesión resulta tan especial siempre, porque quienes la ven toman conciencia de que marca el final de un ciclo y el inicio de un vacío que tardará en volver a llenarse. Concretamente, algo más de un mes, tiempo en el que las visitas a la playa y el recurso del DVD mitigarán los efectos de no ver pasos por las calles. Aunque antes de que eso ocurra, queda este último retazo de cofradías, el que nos regala la Virgen del Carmen de Calatrava, que surcará la Alameda como si fuese en barco, entre un mar de cabezas sobre las que ejerce como Madre y Capitana, llevando a todos al final de una travesía que ha llegado como quien no quiere la cosa.

La penúltima

Poco a poco vamos consumiendo el ciclo del Carmen, que lleva acompañándonos prácticamente una semana. De hecho, hoy disfrutaremos de la penúltima salida procesional del mismo, que tendrá lugar desde la parroquia de San Gil, que, de este modo, recuperará momentáneamente aquellos tiempos en los que daba cobijo a La Macarena o, más recientemente, a Jesús Despojado allá por los albores de la década de los noventa. Aunque, en esta ocasión, todo irá teñido, como exige la Reina del Carmelo, de marrón y blanco, algo que indican desde hace días las colgaduras y banderolas que decoran la feligresía.

Todo a la espera de ese reencuentro que cada verano tienen sus vecinos con una Virgen del Carmen que echó el ancla en sus corazones, la misma que muchos ven desde el azulejo que tiene en la calle San Luis y que siempre estará a la sombra de la Señora de Sevilla. A excepción de hoy, cuando será Ella la que acapare todas las miradas, recorriendo calles que se quedaron este año con las ganas de disfrutar como se merece ese Verde Esperanza y que estarán llenas de gente para no perderse detalle de una procesión no sólo olerá a incienso y cofradías, también en cierto modo a despedida.

No en vano, estamos ante la penúltima de un ciclo que acabará mañana en la Alameda, antes de sumir a la ciudad en un letargo del que sólo despertará vagamente durante el 15 de agosto, cuando se postre a las plantas de la Virgen de los Reyes. Por eso, resulta obligado para muchos acudir a San Gil y disfrutar de lo lindo, puesto que estamos a las puertas de iniciar un descanso obligado que casi nos llevará hasta septiembre. Una razón más para acompañar a la Virgen del Carmen más Macarena, la que se paseará en loor de multitudes y entre sones con aires de Madrugá que llegarán desde Salteras

Del paso a 'El Cambalache'

La crisis está deparando situaciones impensables hasta hace bien poco. Incluso en el mundo de las cofradías, donde directrices como la de Palacio con respecto a las 'Ilegales' (recuérdalo aquí) y la proliferación de las mismas están causando estragos, hasta el punto de que no son pocas las que están a punto de desaparecer, teniendo que encontrarle destino a sus titulares. Una de ellas ha sido la del Señor de la Clemencia, que en los últimos años estuvo procesionando por la Hermandad del Trabajo, pero que años atrás estuvo radicada en barrios como el Parque Amate o Santa Aurelia.

Una corporación cuya última salida, allá por junio de 2010, estuvo rodeada de polémica (míralo aquí), puesto que se llevó a cabo sin permiso de su junta de gobierno. Aquello supuso el final de la asociación como tal, hasta el punto de que no volvió a saberse nada de ella hasta ahora, cuando su Cristo ha salido a la venta a través de un portal de anuncios. Una situación, cuanto menos, curiosa, y que sirve para poner el más triste epílogo final a un sueño que, por una pésima gestión, se quedó en el camino y al que ahora, visto el fracaso, se le quiere sacar algo de rendimiento económico.

Por eso, el Señor de la Clemencia aparece en el apartado de antigüedades, valorado en 2.800 euros, aunque está encontrando serios problemas para encontrarle comprador, si bien sus propietarios mantienen la esperanza de encontrarle destino. Cuando lo haga, quien sabe si habrá dado el primer paso para un nuevo futuro cofrade, como titular de alguna otra asociación o, incluso, para estar en alguna parroquia. Hasta entonces, seguirá protagonizando esta historia singular, en la que ha terminado cambiando el paso no por un altar o un oratorio, sino, simplemente, por 'El Cambalache'.

Triana marinera

El ciclo del Carmen sigue su curso. Hoy, con Triana como gran protagonista. No en vano, la orilla más marinera de la ciudad rendirá pleitesía a esa Virgen que preside la capillita que recibe a cualquiera que llega al barrio, la que actúa de vigía de cuanto acontece a la vera del río. Una Reina del Carmelo que pasa desapercibida para muchos durante el resto del año y que, quizás por este motivo, acapara protagonismo sin descanso cuando llega su momento, algo que sucederá esta misma tarde, cuando celebre hasta dos procesiones diferentes pero con el mismo objetivo, conmemorar su onomástica, que tuvo lugar el pasado martes.

Por este motivo, a finales de la pasada semana fue trasladada a la parroquia de La O, desde la que saldrá en andas buscando el embarcadero situado en las cercanías de la calle Castilla. Allí, subirá a bordo de un barco para pasearse por las aguas del Guadalquivir, bendiciéndolas y recuperando toda la tradición marinera de este viejo arrabal que durante siglos aprendió a vivir sobre sí mismo al tener los dos brazos del río como frontera. Aunque eso se superó hace más de doscientos años gracias a aquel puente de barcas al que desafió La O para cambiar de orilla, algo que harán hoy, pero a la inversa, muchos sevillanos para gozar de su presencia.

Porque no sólo celebrará un paseo fluvial la Virgen del Carmen, sino que también recorrerá las principales arterias de la Triana más costumbrista sobre su paso, partiendo de nuevo desde la calle Castilla y visitando a la mayoría de hermandades de la zona durante su itinerario. De su mano, no sólo prolongaremos un ciclo que este fin de semana, en San Gil y la Alameda, sino que volveremos a entender por qué llaman al otro lado del puente el barrio más marinero de la ciudad. Y no sólo es porque en Pureza tengan su capilla, donde descansa entre Madrugá y Madrugá La Esperanza, sino por esa Reina del Carmelo que acaparará hoy todo el protagonismo que el resto del año le ha negado.

El milagro del Santo Ángel

Seguimos inmersos en el ciclo de la Virgen del Carmen y hoy, pese a ser miércoles, por momentos parecerá fin de semana, sobre todo en el centro, que se teñirá de marrón y blanco. No en vano, aunque el río quede relativamente lejos, la Reina de los Marineros navegará por las calles del corazón de la ciudad, sin más olas que las que parezcan provocar la gente moviéndose en torno a un paso para no perderse detalle de cuanto ocurra entre volutas de incienso y una bulla que, a buen seguro, irá creciendo por momentos.

Porque desde el Santo Ángel saldrá la Virgen del Carmen, haciendo que puntos que dentro de nueve meses acapararán todo el protagonismo del mundo al convertirse en las inmediaciones de la Carrera Oficial recuperen su pulso cofrade, al son de marchas y rachear de zapatillas costaleras, al compás de mecidas  que irán reglándonos un anticipo de lo que está por llegar, pero que también nos avanzarán ese parón veraniego que viene prácticamente llamando a la puerta. Todo es producto de este ciclo que sabe a mar pese a que no separemos los pies de la tierra.

Como ocurrirá esta tarde a la vera de la Reina del Carmelo que vive en el centro, que sólo conoce el río de oídas, pero que es más marinera que nadie, como lo demostrará navegando entre la bulla esta tarde, surcando un mar de oraciones y cabezas que se quedarán embelesados al verla. Como si fuese un domingo o una tarde de fiesta, un domingo de verano cualquiera. Aunque la realidad nos dirá que es miércoles, el antepenúltimo de esta hoja del calendario que destila olor a sal y tradición en la vieja Híspalis, esa que hoy se rendirá a las plantas de una Virgen del Carmen que cada año hace realidad el milagro de que resucite en clave cofrade el Santo Ángel.

Retazos de primavera

Llegamos al 16 de julio, día de la Virgen del Carmen, momento en el que las Glorias de Sevilla se pasean bajo palio, teñidas de marrón y blanco, con una advocación mariana con apellido propio pese a que viva desde hace una década en el exilio. Porque aunque una joven generación de cofrades sólo la haya visto salir de San Román, los diálogos entre varales y bambalinas más letíficos de la capital hispalense tienen denominación de origen y sirven de banda sonora añadida a la Virgen del Carmen de Santa Catalina, la misma que hoy se paseará en loor de multitudes por el centro.

Lo hará como siempre, regalándonos la ilusión de una Semana Santa que comenzamos a ver ya en el horizonte, puesto que dentro de nueve meses justamente será Miércoles Santo. Aunque Ella procesionará con todo el sabor del verano, con ese puntito de nostalgia que regala el brillo de su candelería, el presagio del parón que está por llegar en cuantito acabe este ciclo en el que nos encontramos inmersos. Pero también, con la elegancia que siempre ha tenido, surcando la bulla como si fuese presidiendo su particular barco, ejerciendo de 'Madre y Capitana' para todo aquel que se acerque a verla.

Y así, como si fuese un milagro, parecerá domingo pese a ser martes; las glorias se vestirán de penitencia sin perder para nada su esencia, su alegría, su idiosincrasia... todo gracias a esta Reina del Carmelo que no procesiona a cielo abierto, sino bajo palio, mostrándole a su Niño lo que se encontrará cuando sea protagonista allá por el mediados de abril del año que viene. Aunque, hoy, todas las miradas irán destinadas a Ella, a ese retazo de primavera que se cuela en mitad del verano, a la salida letífica más peculiar de cuantas tienen lugar y a la que, a buen seguro, no le faltará compañía por cada calle que transite, en cada revirá, cada chicotá, cada paso.

Como siglos atrás

Hace siglos, muchos, Sevilla era conocida como Ispal o tierra de palos, puesto que era un conjunto de casas que se elevaban de las aguas del río mediante pilares de madera. No en vano, el Guadalquivir tenía un curso bien diferente, pasando por el centro y llegando por zonas como la Costanilla, haciendo que puntos como la Alameda estuviesen totalmente sumergidas. Quizás este detalle, tiempo después, motivaría que en sus alrededores creciese una devoción tremenda hacia la Patrona de los Marineros, la Virgen del Carmen, que en esta collación tiene también apellidos, siendo la de Calatrava.

Y siguiendo la herencia histórica, hoy mismo, 24 horas antes de que el calendario nos diga que ha llegado el día en el que celebre su festividad, irá a buscar nuevamente el Guadalquivir para surcar sus aguas y bendecirlas. Así, será trasladada en andas hasta La Barqueta, donde la estará esperando una pequeña embarcación que la paseará por la que, según dicen, es la 'calle más larga de Sevilla'. Todo, en loor de multitudes, reencontrándose con una tradición que se pierde en los confines de la memoria y que nos retrotrae a aquellos lejanos tiempos en los que aún no había nacido ni la vieja Híspalis.

Aunque eso hoy poco importará, porque, como por arte de magia, La Alameda parecerá estar más cerca que nunca de ese río que fue suyo tiempo atrás y que incluso temió después con sus crecidas. Pero esta tarde no habrá lugar para miedos y sí para mucha devoción, la de esa Virgen del Carmen de Calatrava que anunciará a la ciudad que estamos en pleno ciclo de la Reina del Carmelo, tiñendo cada punto de la misma de marrón y blanco. Incluso, las aguas de un Guadalquivir que olerá a incienso, como quizás pudo hacerlo vagamente cuando la capital de Andalucía se llamaba Ispal, cuando, como ocurrirá hoy, toda la vida pasaba sobre sus aguas.