domingo, 13 de julio de 2014

Pensando en las exiliadas

En el mundo de las cofradías hay especial preocupación por el estado de dos templos. Uno de ellos parece que se encuentra en la recta final de su restauración, el de San Roque (recuérdalo aquí), puesto que según se anunció a lo largo de esta semana podría ser reabierto al culto en un par de meses, es decir, en septiembre. El otro, en cambio, lleva ya diez años cerrado. Se trata de Santa Catalina, donde, curiosamente, todo apunta a que por fin se ha puesto pie en pared y se empieza a ver la luz al final de un túnel (míralo aquí) que ha sido tan oscuro como prolongado. No obstante, y pese a estas buenas noticias, en el resto de hermandades no se olvidan de ambas iglesias.

Tanto es así que hace unos días el pleno penitencial decidió destinar el 0,7 por ciento de los ingresos del Consejo a financiar los trabajos que se están llevando a cabo en las dos. De este modo, se ha hecho una aportación total de unos 17.000 euros, cifra que, teniendo en cuenta el estado de una y otra, parece que vendrá mucho mejor a Santa Catalina, donde queda mucho más por hacer y, por tanto, cualquier empujón puede resultar fundamental para acortar plazos e, incluso, soñar con que La Exaltación, Santa Lucía y las Vírgenes del Carmen y el Rosario puedan salir ya de allí en 2015. Difícil es, y mucho, pero no imposible.

Sea como fuere, lo que sí es cierto que en la calle San Gregorio no quieren dejar pasar la oportunidad de ayudar a las corporaciones que están viviendo lejos de sus casas, intentando endulzar un poco su situación y, de paso, acortar unas esperas que se hacen demasiado duras. Un reflejo más de que, pese a lo que algunos piensan, en el mundo de las hermandades no todo es preocupación por aparentar y hacer ostentación, sino también preocupación por echar un cable a quien más lo necesita. De hecho, no sólo está la labor social de las cofradías, vital para muchos en esta ciudad, sino también este guiño que se acaba de hacer a las exiliadas.

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