Aunque hace unos días la hermandad de San Roque se vio obligada a suspender la función votiva en honor al Cristo de San Agustín debido a su exilio en San Leandro (recuérdalo aquí), la corporación acaba la semana de enhorabuena. No en vano, ya sabe que a la vuelta de las vacaciones podrá volver a su sede canónica, puesto que según informó el Arzobispado las obras de restauración del templo avanzan mucho más rápido de lo inicialmente previsto, hasta el punto de que estarían finiquitados en septiembre, si bien no se ha precisado aún a qué altura del mes sería.
En este sentido, tanto la corporación de San Roque como la de la Virgen de la Sierra se encuentran sólo a la espera de la confirmación oficial de la fecha en la que se reabrirá su parroquia al culto para organizar sus respectivos traslados. Ambas se mueren de ganas de volver a casa, puesto que pese a recibir todo el cariño del mundo lejos de ella saben que nunca se puede estas mejor que en su propio hogar. Es más, arden en deseos de volver a la normalidad no sólo en términos espaciales, sino también temporales, retomando los calendarios de cultos que han tenido que modificarse en función de la disponibilidad del convento de San Leandro y la capilla de los Ángeles, respectivamente
Así pues, ya sabemos que a la vuelta de vacaciones nos reencontraremos con la iglesia de San Roque, que recibirá más visitas que de costumbre, toda vez que no faltarán curiosos que vayan a ver cómo ha quedado tras su restauración. Aunque, quizás, lo que todo el mundo esperará es la fecha en la que el Señor de las Penas, la Virgen de Gracia y Esperanza, el Cristo de San Agustín y la Virgen de la Sierra regresen a sus entrañas, haciéndonos despertar de lo que nos parecerá tan solo un mal sueño. No en vano, su resolución ha llegado antes de lo previsto y, lo que es todavía mejor, permitiéndonos arribar a buen puerto.
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