martes, 23 de febrero de 2010

Normalidad transitoria

Tras casi dos meses ininterrumpidos de lluvia, con unas previsiones de el cien por cien de posibilidades de que el líquido elemento volviese a caer sobre Sevilla, la meteorología 'nos levantó el castigo' para poder disfrutar del Vía Crucis del Consejo General de Hermandades y Cofradías, presidido este año por el Cristo de la Salud de la hermandad de La Carretería. Y eso que la noche antes diluvió, hasta el punto de que muchos nos acostamos convencidos de que, como reza el refrán, no habría dos sin tres, y que la corporación del Arenal iba a tener que quedarse en casa tal y como sucedió en 1986 con el Señor Yacente del Santo Entierro y el año pasado con el Cristo de la Salud de Los Gitanos.

Sin embargo, y aunque el cielo se mantuvo plomizo a lo largo de toda la jornada, el sol fue ganando la batalla a las nubes y, salvo en momentos puntuales, los vaticinios meteorológicos fallaron, permitiendo que el primer acto general de las hermandades hispalenses en la presente Cuaresma se pudiese desarrollar con total normalidad. Así, las calles del barrio del Arenal se abarrotaron de sevillanos ávidos de vivir una tarde normal de vísperas, sin paraguas ni charcos. A este respecto, La Carretería también aportó su 'granito de arena', planteando en las horas previas a su salida todas las posibilidades que permitieran al cortejo llegar sin problema a la Catedral. Se idearon recorridos alternativos, más cortos, pero, por fortuna, no se tuvo que alterar el plan inicial.

Así, el Señor de la Salud arribó en tiempo y forma al templo metropolitano, encontrándose con un Juan José Asenjo que presidía por primera vez este acto como arzobispo de Sevilla. A partir de ahí, más recogimiento si cabe en la parte central del acto, ofrecido en favor de los enfermos, las familias afectadas por la crisis económica y, muy especialmente, los beneficiarios de la acción social desarrollada por la Fundación Viernes Santo (formada por los grupos jóvenes de las hermandades del día). A su salida, de regreso a la pequeña capilla del Arenal, el cortejo volvió a recordar a la Cuaresma de siempre, ésa que va preparándonos para los 'días grandes' con multitud de actos y cultos externos. Lástima que la meteorología, tan acaparadora de protagonismo en los últimos días, amenace con más agua a partir de hoy. Al menos, ayer, nos permitió vivir una preciosa muestra de una normalidad que sólo tuvo como punto negativo su carácter transitorio. Con que dentro de poco más de un mes se repita esta misma situación durante once días...

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