domingo, 28 de febrero de 2010

Un mes

Pues sí, ni más ni menos, ése es el tiempo que queda para que sea Domingo de Ramos. Pero además, hoy se puede hacer esta afirmación con la suerte añadida de que al encontrarnos en el último día de febrero no son 30 sino 28 los días que restan para que estrenemos oficialmente una nueva Semana Santa. Quedan cuatro semanas para que la Catedral se abarrote a primera hora de palmas, para que La Paz llene de túnicas blancas el Parque de María Luisa, para que un nazarenito o nazarenita de La Borriquita abra la Carrera Oficial, para que en Molviedro vuelva a obrarse el milagro de una nueva salida de los pasos de Jesús Despojado, para que la ojiva de San Julián abrace de nuevo el palio de la Hiniesta, para que la plaza del Sol ilumine con fuerza el misterio de La Cena, para que ruja la Centuria en San Roque, para que venga 'trianeando' la Estrella, para escuchar el silencio blanco al paso de La Amargura, para que sólo se escuche en el Salvador el crujido de la rampa al paso del Amor...

Faltan apenas cuatro domingos para que se le caigan las manos al que no estrene, para que las vísperas ya sólo sean un recuerdo, para las visitas a primera hora a los templos, para estrenar un nuevo programa de mano o la hoja del ABC, para escuchar El Llamador a cada paso, para buscar cada esquina, cada atajo; para ver los balcones adornados con damascos, a los chinos vendiendo sillas, al tío de los globos, a muchos reencontrándose con sus barrios; para que los vellos se ericen a los sones de las cornetas, para que el corazón palpite a ritmo de ordinario; para que el incienso lo inunde todo, para que el azahar sea su mejor aliado; para que resuenen por doquier las saetas, para que no haya calle del centro sin bulla... para que sea, en definitiva, Domingo de Ramos.

Pero también hoy quedan 27 días para ver nazarenos en Torreblanca y Alcosa, para una tarde de estrenos en Ciudad Jardín con La Milagrosa. Y uno menos para que empiece el desfile de túnicas y capirotes en Pino Montano, Palmete, Bellavista, Heliópolis y el Sagrario; para el silencio en Triana con Pasión y Muerte, para que San Pablo se llene de vísperas con el Cristo de la Humillación y la agrupación parroquial de La Humildad. Restán tres semanas para que Antonio García Barbeito nos regale un pregón que ha tardado en llegarle pero que siempre se mereció; para que 24 horas antes, una cofradía se apodere de las Tres Mil y la Virgen de los Reyes se pasee por Amate. 13 días para que en La Corza y Santa Aurelia veamos los primeros pasos.

La espera va consumiendo sus horas de preparativos y ensayos dejando que se acerquen, poco a poco y siempre de frente, los días grandes a la ciudad. Y es que quedan tan sólo 28 días para que nos demos cuenta de que es primavera; faltan apenas cuatro semanas para que sin necesidad de abandonar los sueños podamos despertar.

1 comentario:

  1. Magnífica prosa Contraguía!! Es cierto, falta sólo un mes para que lo indescriptible cobre forma y en tus palabras se atisba la emoción del sueño que se hace vida por las calles de Sevilla. Felicidades!

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