miércoles, 5 de septiembre de 2012

A la espera de que las nubes le den la razón

Con la llegada de septiembre, y como mandan los cánones, salen a la luz también los primeros resultados de las cabañuelas de cara al tiempo que podría hacernos en la Semana Santa de 2013. En este sentido, ya conocemos las de Antonio Cimarro, alguien cuyo margen de error ha sido mínimo en los últimos años, si bien es cierto que en este, en el que pronosticó que habría sol y calor, se equivocó muchísimo más de lo que hubiésemos querido y deseado (recuérdalo aquí). No obstante, ya se ha pronunciado sobre lo que puede suceder dentro de poco más de seis meses.

Y en este sentido, hay motivos para albergar esperanzas de que la lluvia no nos visite para entonces. Al menos, el bueno de Cimarro pronostica que marzo será "seco y muy tranquilo", por lo que si tenemos en cuenta que el Domingo de Ramos será el día 24 y el de Resurrección el 31, todo iría sobre ruedas. Eso sí, no habría que descartar dos detalles fundamentales. El primero, que nos encontraríamos en la última semana de ese mes, lo que haría que cualquier vaticinio pudiese tambalearse, sobre todo según vaya avanzando. El segundo es de cajón: el carácter cambiante de la meteorología en primavera, sobre todo cuando la estación esté, como será el caso, recién estrenada.

En cualquier caso, y a algo más de medio calendario de que Sevilla rezume olor a incienso y azahar, las primeras aproximaciones sobre el tiempo que nos puede hacer son, cuanto menos, ilusionantes. Cierto es que, después, la realidad se encargará de confirmarlos o echarlos por tierra. Pero también es verdad que tras dos Semanas Santas consecutivas en las que la capital hispalense parecía más La Coruña que Andalucía (mira 2011 aquí) necesitamos muchísimo que alguien nos diga que eso no volverá a ocurrir. De momento, Cimarro ya lo ha hecho. Todo es que las nubes le den después la razón.

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