miércoles, 19 de septiembre de 2012

Cuánto hemos cambiado...

Hace unos días, en Radio Sevilla, el Cardenal Amigo Vallejo revelaba una historia desconocida para muchísimos cofrades: él abortó una posible estancia de La Macarena en La Cartuja durante la Expo 92. Al parecer, esa era la intención de la organización del pabellón de la Santa Sede, que tras tantear opciones tan ambiciosas como traer al Moisés de Miguel Ángel, optó por proponer al Arzobispado que la Señora de San Gil presidiese aquel recinto, finalizando así, por todo lo alto, una espiral de obras religiosas que comenzaría con el apostolado de El Greco.

Sin embargo, Amigo no lo vio procedente y ni siquiera llevó la propuesta a la corporación, algo que provocó que nos quedásemos con la duda de saber qué habrían decidido hacer tras el Arco. Aunque, viendo lo que ha ocurrido después, quizás queda claro que todo ha cambiado demasiado y que, en caso de que la primera de la Madrugá hubiese tenido que sopesar lo que hacer, nos habríamos llevado una sorpresa. No en vano, años después, la propia Macarena fue a La Cartuja, a aquella beatificación de Madre María de la Purísima que muchos seguimos pensando que fue una demostración de que esto se nos ha ido de las manos (recuérdalo aquí).

Incluso, hemos asistido al ridículo del 'pasódromo' de la JMJ, donde a Asenjo se le metió entre ceja y ceja que fuese una imagen sevillana, lo hizo la Virgen de Regla y pasó por allí sin que ni siquiera se fijase en Ella el Papa (míralo aquí). ¿Habría permitido lo mismo Amigo? Es probable que, visto su carácter aperturista, exhibido a base de nuevas hermandades, Coronaciones Canónicas y extaordinarias durante sus últimos años, así hubiese sido, aunque ese precedente, revelado ahora, podría plantear alguna que otra duda. Aunque, donde no las hay es en relación a cómo ha influido el paso del tiempo en las dinámicas cofrades y que, ya sea por culpa de unos y otros, es decir, de todos, lo mucho que hemos cambiado.

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