martes, 25 de septiembre de 2012

Lo que nos perdimos

En Sevilla casi resulta imposible dar cuenta y tener bajo control todos y cada uno de los cultos externos que tienen lugar por nuestras calles. Por mucho esfuerzo que se haga para conseguirlo, es tal la cantidad de procesiones, Rosarios y demás que tienen lugar que siempre, y muy a nuestro pesar, alguno termina por escaparse. De hecho, durante este último fin de semana no pudimos dar cuenta en esta humilde bitácora de la salida de tres imágenes que ahora, a modo de compensación, repasaremos.

Porque el sábado, San Pablo volvió a llenarse con aires de Madrugá para ver al Señor de la Salud, que se paseó bajo los sones de la agrupación musical Virgen de los Reyes. Ya no es tan moreno como antaño, puesto que la nueva talla de Ángel Luis González, que salió por segundo año consecutivo, no tiene los mismos rasgos raciales, pero sigue, por su advocación y acompañamiento, evocando al Señor de San Román. Como también lo hace, pero al Jueves Santo, la Virgen de la Merced del convento de las Mercedarias, que volvió a recorrer las calles de La Judería en Rosario Vespertino, evocando aquellos tiempos ya algo lejanos en los que salía vigilando en la distancia a Pasión.

Mientras, la Virgen de las Tristezas de la Vera+Cruz visitó Santa Rosalía con los primeros rayos de sol del domingo, ese al que le costó dar la cara, pero que no faltó a su cita con esa Madre de Dios que robó su cara a la mujer de Illanes. Tampoco se ausentó Sevilla, que formó bullas en torno a sus andas, extasiándose entre olor a incienso y una estampa que cada año se repite y, a la vez, se vuelve tan irrepetible. Tres imágenes que se nos escaparon, pero que intentaremos que no lo vuelvan a hacer cuando nos las vuelva a poner por delante el calendario.

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