Hoy, tras algo más de un mes sumidas en su particular duermevela, las Glorias despiertan de su letargo. Será irrumpiendo con la fuerza y la alegría que las caracterizan y, como siempre, teniendo como protagonistas a los barrios. Curiosamente, uno de ellos, el de San Román, despertará y se acostará traicionando un poco al ciclo letífico, reencontrándose con una Virgen de las Angustias que, por unas horas, volverá a la que durante mucho tiempo fue su parroquia, en la que, incluso, dio sus primeros pasos allá por 1932.
Allí llegará bien temprano, en un Rosario de la Aurora que cambiará su apellido por Público cuando, ya con la luna como testigo, regrese sobre sus pasos, protagonizando una 'pseudoextraordinaria' (recuérdalo aquí), que servirá para hacer aún más especial si cabe este bienio que será irrepetible en Los Gitanos (míralo aquí). Y mientras tanto, las marchas, las chicotás, las bullas y los pasos andarán por las calles agasajando a la Madre de Dios, como mandan los cánones en esta ciudad.
Así, el centro resucitará junto a la Virgen de Guadalupe del Convento de San Buenaventura, llevando, por unas horas, todo el aire de la vecina Extremadura al corazón hispalense. De igual modo, la Virgen del Juncal se paseará entre los suyos, por ese arrabal que lleva su nombre y que no se imaginaría sin Ella. Como tampoco nosotros seríamos capaces de pensar en la ciudad sin cofradías recorriendo sus principales arterias; sin el retorno de una Glorias que nos siguen acompañando en la espera y que, a estas alturas, echábamos tantísimo de menos.
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