martes, 15 de enero de 2013

Tristezas de primavera

Seguimos avanzando a buen ritmo hacia los días grandes con detalles que nos hacen ver que cada vez queda menos para que la ciudad despierte de su letargo. El último de ellos ha sido la presentación del Cartel de las Fiestas de Primavera, obra de Chema Rodríguez. Y lo cierto es que, como suele pasar con este tipo de encargos, el resultado final no ha dejado indiferente a nadie, si bien es cierto que, mal que le pese al autor, han sido muchísimas más las voces críticas que las que han defendido su buenhacer, dando lugar a una situación cuanto menos peculiar alrededor de uno de los bandos anunciadores más representativos de la ciudad.

Nadie le puede negar la calidad de su hechura, que la tiene y mucha, pero quizás está lejos de lo que muchos esperábamos de un cartel de estas características. Sobre todo porque la única imagen que protagoniza la escena, la de una joven vestida de flamenca, desprende un importante halo de tristeza y melancolía en su mirada que, paradójicamente, no va en consonancia con el carácter festivo que pregona. Cierto es que con esta apuesta, así como con el modo de presentar el nombre de Sevilla y la finalidad de la misma en la obra, se ha querido rescatar una tendencia añeja y clásica en la forma de anunciar a la ciudad sus fechas más importantes, pero también es verdad que estas vienen siempre rodeadas de una alegría que, por más que se mire, no se ve por ningún lado.

En opinión de muchos, el resultado ha sido un excelente retrato que para nada cumple con su cometido y que, por tanto, se podría considerar una auténtica equivocación por parte del autor. De hecho, muchos han tirado de ironía y han dicho que sólo es un reflejo de lo mal que está la cosa, ya que hasta la chica del cartel va a la Feria con mala cara. No obstante, hay defensores que rebaten esa idea, quedándose con la bella factura de la imagen, que, según ellos, intenta embaucar a quien la ve con la mirada de la muchacha, igual que la ciudad en primavera a quien la visita. Sea como fuere, lo que no se puede pasar por alto es que, la primera impresión, esa que dicen que es la que cuenta, es que este año, a tenor del cartel, no tendremos Fiestas de Primavera, sino Tristezas de Primavera.

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