Quedan apenas cuatro días para que Sevilla viva por todo lo alto un nuevo Domingo de Ramos y, en Los Terceros, parece que se hará de un modo algo diferente. Sobre todo, en relación a como muchísimos estábamos acostumbrados, puesto que el Señor de la Cena brillará con luz propia, como si le hubiesen quitado décadas de encima y fuese completamente nuevo. De hecho, ya sorprendió a propios y extraños el pasado fin de semana, cuando se repuso al culto tras su restauración (recuérdalo aquí), presentando un aspecto distinto.
En este sentido, se esperaba que los trabajos sólo tuviesen que ver con el mecanismo de su brazo izquierdo, pero, finalmente, la talla ha sido sometida a una profunda limpieza de policromía que le ha dado un apariencia mucho más pálida que de costumbre, algo que, como era de esperar, ha abierto un encendido debate en los mentideros cofrades. Así, por un lado, están los defensores de la medida, que señalan que así se le ha quitado al Señor toda la suciedad que acumulaba en el rostro, devolviéndole todo su esplendor original. Pero también los hay que señalan que se ha logrado justo el efecto contrario, acabando con el encanto y la expresividad de la imagen.
En cualquier caso, lo que sí es cierto es que el aclarado que se le ha practicado al Cristo de la Cena salta a la vista y que será un reclamo más dentro de cuatro días para no perderse a la hermandad en la calle. Será, el particular estreno de esta corporación que también vio cómo otro de sus titulares, el Señor de la Humildad y Paciencia, también fue restaurado sin ninguna polémica (míralo aquí). Quizás, porque siempre pasa desapercibido o porque no se le notan los retoques que ha tenido, no como a su compañero de cofradía, que en unos pocos meses ha hecho que el tiempo vuele hacia atrás y ha rejuvenecido.
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