martes, 27 de marzo de 2012

Medio siglo en casa

La Madrugá de este año tendrá un sabor especial en Triana. Concretamente, en la calle Pureza y cuando el sol del mediodía asista al regreso de la hermandad de La Esperanza a la Capilla de los Marineros. Y es que en ese momento se cumplirá justo medio siglo desde que la corporación regresara definitivamente a su sede canónica y que, a base de obras, ha doblado su tamaño hasta adquirir dimensiones de auténtico santuario (recuérdalo aquí). Aquel Viernes Santo se puso fin a un camino de vuelta que comenzó muchísimo antes.

De hecho, la cofradía hubo de marcharse de allí en 1868, cuando la Junta Revolucionaria enajenó el templo y esta tuvo que exiliarse a San Jacinto. Desde entonces, su único anhelo fue regresar a su casa. Así, en 1939 acordó la readquisión de la iglesia, pasando a costear su reconstrucción. Siguiendo esta dinámica, su junta de gobierno acordó en 1953 el traslado en cuanto las obras finalizasen, algo que pudo verse hecho realidad en 1962, en aquella Madrugá que comenzó en el atrio del templo de los dominicos, que aún recuerdan en un azulejo de su fachada la presencia de la Reina de Triana, y que finalizó en la calle larga del arrabal.

Hoy, cincuenta años después prácticamente nadie se imaginaría a la hermandad saliendo de otro sitio. Y, por ello, se va a conmemorar la efeméride por todo lo alto. De hecho, la Virgen lucirá tal y como lo hizo en aquella mañana de estreno, con el manto de los 'dragones' de Esperanza Elena Caro y su característico 'refregao'. Con ello, parecerá que el tiempo vuelve atrás, haciendo que las primeras horas del Viernes Santo puedan ser más especiales si cabe. Porque no todos los días se puede conmemorar que hace medio siglo que se volvió definitivamente a casa.

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