Capeando el temporal

Ayer, pese a la lluvia y a que el calendario no diese su venia, algunos pudieron ver por las calles un palio. Cierto es que fue casi de incógnito, sin Virgen, bambalinas, candelería, flores y faldones, pero sí con todo lo demás montado. Fue para hacer una prueba con tiempo de cara a la próxima Semana Santa, a fin de que se pudiese ir ideando un itinerario alternativo de cara al estreno oficial de los días grandes en 2013. Porque aunque todavía queda muchísimo por delante, poco a poco, la espera avanza y, por momentos, hasta se desvanece.

Es lo que ocurrió en San Julián, donde la cuadrilla de La Hiniesta franqueó la ojiva de su templo para dirigirse, entre paraguas y curiosos, a la calle Lira. Su intención, ver sobre el terreno los problemas que podría provocarle la casa que ya el pasado Domingo de Ramos le hizo variar un recorrido de vuelta (recuérdalo aquí) que el agua nos privó de disfrutar. Sin embargo, el líquido elemento lo impidió, haciendo que todo se posponga hasta hoy, cuando, con casi cinco meses de margen para tomar decisiones al respecto, se vea cómo están realmente las cosas. Entonces, le tocará a la junta de gobierno pensar qué hace al respecto, si espera un tiempo más para volver a hacer probaturas o si, por el contrario, opta por otro itinerario.

Ocurra lo que ocurra, seguro que nos enteraremos de aquí en adelante, mientras seguimos inmersos en esta cuenta atrás a la que cada vez le quedan menos dígitos y que ayer, por unos momentos, pareció ir mucho más rápido de lo que pensamos. Todo gracias a la magia de un palio que desafió al temporal y al que sólo le faltó algo de suerte para, incluso, capearlo. Ojalá cunda el ejemplo cuando llegue el 24 de marzo y la lluvia se tome unas más que necesarias vacaciones desde que en el calendario comience a vislumbrarse un nuevo Domingo de Ramos.