El último domingo de noviembre llega cargado de sabor cofrade. Sobre todo, durante el primer tramo del día, en el que tendremos hasta tres focos de atención abiertos, curiosamente, todos a la vera del río. Y es que este domingo nos dará la mañana para disfrutar y la tarde para reflexionar sobre cómo este 2012 se nos va escapando entre los dedos y, con él, la espera hacia una nueva Semana Santa sigue consumiendo etapas, viendo cada vez más cerca un Domingo de Ramos del que ya nos separa menos de cuatro meses.
Hasta entonces tendremos que conformarnos con sones de marchas como los que retumbarán junto a la Torre del Oro, en el tradicional certamen en honor a Santa Cecilia que cada año organizan Las Cigarreras. Relativamente cerca, entre el Postigo y la Catedral, la Pura y Limpia será trasladada hasta el Convento de la Encarnación para celebrar allí sus cultos anuales. Además, en la otra orilla, las cornetas y tambores de San Juan Evangelista servirán de banda sonora para la procesión de Cristo Rey, quien, con su recoleta figura, volverá a recordarnos que el Hijo de Dios está a punto de nacer de nuevo.
Y así, entre traslados, pasos y notas musicales pasaremos la mañana de este domingo que llega con sabor a despedida, la de un mes de noviembre cuya hoja ya tiembla en el calendario y que, teniendo en cuenta que sólo nos quedan unos cuantos retazos cofrades más en diciembre, casi da por finiquitados los eventos capilleriles de 2012. No en vano, seguimos avanzando, primero hacia unas Navidades que ya están a la vuelta de la esquina y, después, hacia una primavera de la que parece haberse disfrazado este otoño caluroso. Quizás sea un guiño del tiempo al futuro, de una meteorología que está tan harta de esperar como nosotros.
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