domingo, 28 de abril de 2013

Aquel sólo que cambió la música cofrade

En los últimos años, el mundo de la música cofrade ha vivido importantísimas modificaciones, sobre todo en lo que respecta al estilo. Por ejemplo en lo que respecta a las formaciones de cornetas y tambores, quienes sin abandonar nunca las pautas que marcó la banda de la Policía Armada, han ido introduciendo nuevos instrumentos que aportan mayor cantidad de registros y permiten la interpretación de composiciones que poco o nada tienen que ver con las de clásicos como Alberto Escámez. Y dentro de este proceso han tenido un papel fundamental partituras que han pasado a la historia, como por ejemplo una que en estas fechas cumple su primer cuarto de siglo de vida, 'Silencio Blanco'.

Una marcha que la banda de las Tres Caídas estrenó allá por la Semana Santa de 1988 en honor de la hermandad de La Amargura, a la que acompaña detrás del misterio del Desprecio de Herodes, y que desde el primer momento llamó la atención de propios y extraños. Sobre todo por su larguísimo sólo de corneta, ese que elevó a la categoría de mito a un Julio Vera, alguien sin el que la música cofrade en esta ciudad habría sido bien diferente. Muchos descubrieron a entre sus sones que había propuestas distintas al clasicismo de Virgen de la Paloma o Cristo del Amor, un nuevo camino que marcaría un antes y un después en la formación trianera y que, incluso, también fue seguido por otras bandas como Las Cigarreras, que también aportó su granito de arena con 'Réquiem' o 'Amor de Madre'.

Han pasado 25 años desde el nacimiento de un clásico, de una nueva forma de concebir las marchas que para algunos puristas inició la 'cornetización de la Semana Santa', ya que le daba un protagonismo mucho mayor a este instrumento sobre el resto. Sea como fuere, lo cierto es que muchas cosas cambiaron a partir de aquel 'Silencio Blanco' sin el que hoy sería imposible entender por qué Sevilla suena así cada primavera. Y todo se debió a la osadía de una formación que apenas tenía ocho años por entonces y a un interminable sólo de corneta

No hay comentarios:

Publicar un comentario