Los estatutos del Consejo prometen seguir dando que hablar en las próximas fechas. No en vano, ya han llegado a la calle San Gregorio las modificaciones hechas por parte del Arzobispado al borrador, poniendo de manifiesto, una vez más, el afán intervencionista que tiene Palacio en relación al mundo de las cofradías. Algo que no es para nada nuevo (recuérdalo aquí), aunque sigue indignando igualmente, sobre todo cuando uno de los grandes caballos de batalla para Asenjo continúa siendo la elección del pregonero, que, a su juicio, debería ser supervisada desde Virgen de los Reyes.
La idea es que el Consejo elija, como hasta ahora, pero contando con la aprobación de la curia hispalense antes de llevarla a cabo. En este sentido, se desconoce si se presentaría una terna de candidatos al Arzobispado para que este decidiese si pasan el corte o no y, posteriormente, continuase el proceso o si, por el contrario, se decidiría antes y tendría que darse un visto bueno antes de hacerlo oficial o seguir buscando. Sea como fuere, lo cierto es que la intención de Asenjo, Gómez Sierra, Soria y compañía es tener la última palabra al respecto, a fin de que todo esté bajo control y no se produzcan sorpresas como las de Antonio García Barbeito.
No obstante, hay quienes dicen que ya en la elección de Francisco Javier Segura, ya fuese de manera directa o indirecta, ya se siguió esta dinámica, que unida a la fiscalización de gastos que quiere introducir Palacio en los nuevos estatutos queda claro su afán intervencionista. Sólo queda saber qué pensarán al respecto en San Gregorio, aunque conociendo a Bourrellier, sus 'ad láteres' y su innegable capacidad para decir que sí a todo no sería extraño que acogiesen de buen grado este tipo de propuestas. Otra cosa será ya lo que diga el pleno de hermanos mayores, donde no sería para nada descartable que volviese a saltar la polémica, ya que la cosa sigue cada vez más calentita. Por tanto, se avecinan curvas y a ver quíén decide coger el volante.
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