Se intuía que esta semana íbamos a tener más novedades en relación a imágenes que iban a tener que pasar por el taller y, haciendo buenos los pronósticos, así ha sido. Concretamente, ha sido en San Julián donde se ha dado el visto bueno a las restauraciones de los titulares de La Hiniesta. Una decisión que se ha tomado por unanimidad y en un cabildo de oficiales que tuvo lugar el pasado miércoles (recuérdalo aquí) en el que, incluso, quedó aprobado el orden en el que se desarrollarán los trabajos, que serán desarrollados en todo momento por el imaginero Pedro Manzano.
De este modo, la primera imagen que llegará a su taller en Triana será la Dolorosa, que está previsto que sea trasladada allí durante el mes de septiembre. Más tarde, después de la Semana Santa de 2014, será el turno del Señor de la Buena Muerte. Finalmente, y ya en el último cuatrimestre de 2015 la Virgen de la Hiniesta Gloriosa será la encargada de acabar con esta dinámica. Todo para que los tres luzcan como nuevos y se solventen todos los problemas de conservación que pudiesen sufrir, detalles que, en cualquier caso, no han trascendido a la luz pública.
Así las cosas, San Julián se convertirá durante el próximo bienio en un escenario habitual de despedidas y reencuentros, de miradas al calendario esperando que todo salga bien para que sus titulares puedan rejuvenecer gracias a la maestría de Pedro Manzano. Pero, también, en el decorado perfecto para un ejercicio más de responsabilidad de una junta de gobierno que sabe a la perfección que debe cuidar de su patrimonio en todo momento, facilitando que las nuevas generaciones vean cómo se merece el legado que dejaron las anteriores. Porque este, y no otro, es el motivo de haber decidido mandarlas a todas al taller.
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