lunes, 8 de abril de 2013

El Santo Entierro Grande que nos perdimos

Tras una Semana Santa aciaga, llena de decepciones por culpa del agua, el Sábado Santo llegó con el cielo en calma y sin previsiones de lluvia. Fue el broche de oro a unos días grandes que se quedaron pocas horas después sin su epílogo en La Resurrección, algo que todo el mundo vaticinaba en función de los pronósticos que había, que anunciaban precipitaciones para el domingo desde primera hora. Quizás por eso, no fueron pocos los que, entre bullas y capirotes, hablaban abiertamente de algo que bien podríamos haber vivido, pero que por culpa de los caprichos de Asenjo nunca llegó a tomar cuerpo: un Santo Entierro Grande.

Habría sido la mejor forma de acabarlo todo con un buen sabor de boca, de redimirnos por todo lo sufrido durante todos estos días. Incluso, había una causa que podría justificarlo, el Año de la Fe, pero este Arzobispado que ni se entera ni quiere enterarse de cómo funcionan las cosas en Sevilla, optó por aquel Vía Crucis Magno que la lluvia desbarató y que estuvo a punto de acabar como el rosario de la aurora (recuérdalo aquí). Es más, tras su suspensión ni siquiera se planteó la posibilidad de celebrarlo el Sábado Santo, un detalle que Sevilla habría acogido de muy buen grado, sobre todo después de esta Semana Santa en la que, ya fuese de manera clara o testimonial, el agua ha estado presente, precisamente, hasta el día en el que se podría haber celebrado. De hecho, cabe recordar que cuatro de los participantes en dicho acto (Cautivo ante Pilatos de Torreblanca, Salud y Buen Viaje de San Esteban, El Cachorro y la Conversión de Montserrat) ni siquiera pudieron salir cuando les tocaba.

Porque pese a los traslados de vuelta de Los Gitanos y La Esperanza de Triana, así como también a las cinco hermandades del día (El Sol, La Trinidad, El Santo Entierro y La Soledad de San Lorenzo), todo nos pareció poco en ese Sábado Santo en el que no hubo que dirigir miradas al cielo y, por fin, se pudo dejar llevar uno por la bulla y las líneas de un programa de mano. Pero no pudo ser y habrá que seguir esperando para vivir esa procesión extraordinaria que es un pequeño catálogo de los días grandes, precisamente algo que nos hubiese hecho falta vivir para irnos con un buen recuerdo de esta Semana Santa que ha sido para olvidar y que, desafortunadamente para nosotros, no ha traído como premio un Santo Entierro Grande que muchos hemos necesitado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario