miércoles, 2 de octubre de 2013

El millón de la discordia

Mezclar cofradías y política nunca ha tenido buenos resultados. Y menos ahora, cuando entre recortes y problemas las tensiones salen a la luz con una facilidad pasmosa. Por ello, no es de extrañar la polémica que se ha generado por la concesión de 1,1 millones de euros a La Macarena en los Presupuestos del Estado. Se trata de una partida que ya había prometido hace años José María Aznar para las obras del museo de la hermandad, pero que no se habían aportado a la cofradía por un litigio que databa de la época de José Luis Rodríguez Zapatero al frente del Gobierno.

Una aportación que tiene muchas aristas. Primero, por darse a una corporación que, no olvidemos, es de carácter privado y, por tanto, se debe autofinanciar. Después, porque hay que recordar que España es un país aconfesional, por lo que no tiene demasiado sentido destinar ese dinero a una hermandad. Distinto sería que la Iglesia lo hiciese con el dinero que se le da. Pero, lo que es más importante, ¿a qué viene aportar esos ingresos cuando las obras ya se han hecho y pagado por otros medios? En definitiva, demasiados cabos sueltos que incluso se multiplican cuando Manuel García, hermano mayor de la cofradía, dice que se van a arreglar desperfectos de la obra anterior por haber usado materiales "peores a los actuales". Y hablamos de algo construido hace apenas cuatro años...

Total, que entre unas cosas y otras, nos encontramos con una polémica tan rocambolesca como innecesaria, que salpica a una de las corporaciones más importantes de la Semana Santa de Sevilla y que sirve en bandeja las críticas de los sectores más reaccionarios. Quizás, tampoco se ha sabido gestionar el tema, porque otro gallo habría cantado si se hubiese anunciado que ese dinero iría destinado a obras de caridad, algo que no sería descabellado ya que, insistimos, ya están terminados los trabajos para los que se iba a dar ese dinero. En cualquier caso, todavía hay margen para arreglar este desaguisado que ha provocado el millón de la discordia.

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