domingo, 13 de octubre de 2013

Un Vía Crucis verdaderamente extraordinario

Poco a poco se nos empieza a ir de las manos este año 2013. De hecho, ya vivimos inmersos en el que será su último trimestre, donde muchas provincias terminarán de conmemorar el Año de la Fe con actos extraordinarios. Mientras, aquí en Sevilla seguimos viviendo del recuerdo de aquel malogrado evento de febrero que la amenaza de lluvia desmanteló (recuérdalo aquí) y a la espera de saber si la rumorología dará paso a realidades con un posible Santo Entierro Grande para 2014 (míralo aquí). Una perspectiva que contrasta con lo que se está haciendo en otros sitios y que deja en mal lugar a la que, según algunos, es la 'Nueva Jerusalén de Occidente'.

Y eso quizás porque se han dejado escapar oportunidades cuanto menos dignas de mención. Algunas de ellas que ni siquiera se han tenido en cuenta, pero que podrían haber hecho aún más irrepetible cualquier acto. Es lo que hubiese ocurrido, por ejemplo, si se hubiese organizado un Vía Crucis Magno con imágenes que gozan de gran devoción, pero que no salen en Semana Santa. Entre ellas podría haberse contado con el Cristo de San Agustín, el Cautivo de San Ildefonso, el Cristo de la Clemencia de la Catedral, el de los Desamparados de San Juan de la Palma, el de la misma advocación del Santo Ángel, el del Camino de la basílica del Patrocinio, el Resucitado de la Magdalena o, incluso, los de la Salud de Montesión, Mayor Dolor de La Bofetá y la Humildad de El Cerro, que pese a ser titulares de sus respectivas corporaciones no procesionan.

Una lista que, a buen seguro, podría hacerse mucho más extensa a poco que se pensase más a fondo y depararía algo único e irrepetible, a la altura de lo que merecería tanto la capital hispalense como esta celebración. Cierto es que, de puertas para afuera, no tendría la misma repercusión que contando con imágenes como El Gran Poder o El Cachorro, pero qué duda cabe que hablaríamos de un cortejo tan singular como extraordinario. No obstante, esa idea nunca tuvo visos de cristalizar en algo tangible, sino que se ha quedado en el humo dormido de la imaginación cofrade como otras tantas, pese a que, probablemente, sería la que daría lugar a un Vía Crucis que tendría todo a su favor para ganarse por derecho propio el calificativo de Magno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario