Hoy, nuevamente, tendremos sesión doble de cofradías y, de nuevo, con la Virgen como protagonista. Ya sea en su versión como Dolorosa, letífica o a través de su representación en un simpecado; sobre andas o en un paso; sea como fuere se hará presente por las calles de la ciudad en este segundo domingo de octubre, que, como ya pasó ayer mismo, comenzará desde bien temprano, casi coincidiendo con los primeros rayos de un sol que, como muchos sevillanos, se echará a la calle para no perderse detalle de todo cuanto acontezca, paladeando cada detalle que nos sirve para seguir endulzando la espera.
Así ocurrirá en San José Obrero, donde la Virgen de los Dolores llevará a cabo su tradicional Rosario de la Aurora, aunque esta vez será diferente, tras tener todavía en sus labios el regusto de su debut en la calle con nazarenos, el pasado Sábado de Pasión. Mientras, en La Macarena, le hermandad del Rocío también paseará su simpecado por la feligresía, realizando otro Rosario de la Aurora que servirá de presagio para la salida de la titular gloriosa de la corporación que vive en la basílica y que, técnicamente, pondrá fin a los desfiles procesionales de la décima hoja del calendario dentro de unas semanas.
Y por la tarde, será el turno del centro, que se llenará de aires letíficos junto a la Virgen de la Encarnación de La Cena, que tomará el relevo casi por las mismas calles que hace justo siete días recorrió Santa Lucía, aunque haciéndolo en un horario vespertino y teniendo como invitada a la luna, que se asomará a verla desde su balcón en el cielo de Sevilla. De este modo, Ella se convertirá en la encargada de cerrar una jornada intensa y, de nuevo, con turnos dobles, donde tendremos sabor a cofradías mañana y tarde, como mandan los cánones en esta ciudad que sigue esperando a sus días grandes.
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