Mañana sábado, por la tarde, la feligresía del Museo vivirá la tradicional procesión de la Virgen de las Mercedes de la Puerta Real, un auténtico clásico por estas fechas. Sin embargo, esta vez la salida de esta corporación letífica será distinta a cómo lo ha hecho siempre y no tanto porque vayan a producirse estrenos que enriquezcan el patrimonio de la hermandad, sino por una iniciativa que servirá para confirmar que, en clave cofrade, no se piensa sólo en oro, bordados y ostentación, sino también en ayudar a aquellos que más lo necesitan.
Porque la junta de gobierno ha decidido que a lo largo del recorrido se recogerán ropa y alimentos no perecederos destinados a los hijos de las mujeres del Centro Penitenciario de Integración Social, con el que colaboran las Mercedarias de Bérriz. Se trata de una medida que amplia a lo hecho el año anterior, cuando sólo se recogía comida y para lo que la corporación dispondrá un carro que irá justo detrás del paso. En este sentido, se pide que, preferentemente, las prendas estén en buen estado y que sean de tallas para pequeños de entre uno y tres años.
Todo para que no les falte de nada a aquellos que, por unas razones o por otras, han visto cómo sus vidas eran muy diferentes a las del resto por los errores cometidos por sus padres. Una muestra más de la cara más solidaria del mundo de las cofradías, donde, pese a lo que muchos piensen, siempre se hacen guiños y se tiende la mano a aquellos que más lo necesitan. Como por ejemplo hará esta humilde hermandad de la Puerta Real, que, como otros muchos, tiene bien claro que hay que predicar con el ejemplo y que no hay mejor manera para demostrar el movimiento que hacerlo andando.
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