Como quien no quiere la cosa, el verano encara ya su último fin de semana completo del verano. De hecho, el próximo lo será sólo a la mitad, puesto que el domingo 22 estrenaremos el otoño. Quizás por ello, nuestras hermandades se afanan en aprovechar al máximo en aprovechar la recta final del periodo estival, dando lugar a jornadas como la de hoy, en la que tendremos hasta tres procesiones diferentes por las calles, algunas que podrían parecer fuera de fecha, como el singular Corpus Christi de San Bernardo.
De hecho, es el único de la capital hispalense que no sale a la luz del sol ni en junio, sino de noche y el 14 de septiembre, fecha en la que se celebra la Exaltación de la Santa Cruz. Por eso, el viejo arrabal torero vivirá una jornada con claro sabor eucarístico, pero que en otros dos puntos del callejero sevillano tendrá un marcado aroma a Glorias. Por ejemplo, en San Esteban, por cuya feligresía se paseará la Virgen de la Luz, evangelizando por una Judería que, mientras la meteorología sigue dejándola sin Martes Santo, se conforma con la presencia de su corporación letífica.
Ya varios kilómetros de distancia, en Padre Pío-Palmete, saldrá la Divina Pastora, que volverá a demostrar que no sólo de Vísperas viven los barrios más alejados del corazón de la ciudad, donde la bulla y el olor a incienso volverá a hacerse presente esta misma tarde que pronto recordaremos, mientras esperamos a otras hermandades y otros cortejos, como el sueño de una tarde de verano, de esas a las que, contando la de hoy, le quedan tan sólo por delante unos últimos coletazos.
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