jueves, 5 de septiembre de 2013

Zapatero, a tus zapatos

Nadie puede negar que la importancia que ha adquirido durante los últimos años la música cofrade trasciende mucho más allá de lo que es la propia Semana Santa. No en vano, la fama de muchas formaciones y marchas adquiere una repercusión similar a la de cualquier grupo de otro estilo musical y no son pocos los miembros de alguna banda que son conocidos a nivel individual, teniendo incluso sus propios fans. Con todo, se ha creado un microcosmos un tanto peculiar que, sin darnos cuenta, nos ha desviado de la intención primigenia, la de que este tipo de acompañamiento sólo era amateur y accesorio, puesto que cada vez son más los casos en los que la gente miran más a quien suena detrás que al propio paso.

Así, este 'Star System' hispalense ha permitido, por ejemplo, que varios cornetas de la ciudad se dediquen a viajar por España enseñando cómo se toca este instrumento. Algo legítimo, sin duda, y que teniendo en cuenta la que está cayendo resulta casi obligatorio hacer para llevar un dinero a casa. Pero que, indirectamente, da lugar a situaciones tan rocambolescas como la que se conoció hace apenas unos días, cuando el rapero Haze anunció que Kini de Triana y Chely acompañarán con sus pulmones y notas una de las canciones de su nuevo disco. 

Esta situación no es para nada nueva, puesto que hay cantantes como Sergio Contreras que ya han hecho algo parecido y de todos es sabido el estrecho vínculo que siempre ha existido entre las sevillanas y las marchas. Pero, ¿y con el rap? A simple vista, parece una aberración, como la de aquellas remezclas breakbeat de marchas de Presentación al Pueblo de Dos Hermanas, o, cuanto menos, algo que no pega ni con cola. De hecho, ya hay quienes no han dudado en preguntarse que hasta dónde vamos a llegar, si existe un límite para tanta mezcolanza que, aparentemente, no tiene sentido. A este respecto, sólo las bandas y sus músicos serán los que sepan hasta dónde se puede llegar.

Mientras, se harán inventos que, quizás, no queden tan mal llevados a la práctica, pero que extrañan y obligan a reflexionar sobre si hubo algún momento en el que se perdió el camino. Y todo parece indicar que sí. Sólo así se explican proyectos como el de Haze o ese 'Star System' tan hispalense que hace que haya más gentes en ensayos que en cultos de hermandades. Porque innovar no es malo, pero hay que tener en cuenta de dónde se viene y hasta qué punto se puede llegar, porque la lógica no respalda todo. Máxime cuando se pasa por alto esa máxima que defiende el refranero, la de "zapatero, a tus zapatos".

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