Historia viva en el Mercantil

Hay veces en las que se producen descubrimientos en los lugares más insospechados. Quizás, en eso radique la magia de los hallazgos, en su factor sorpresa, como el que ha tiene lugar para muchísimos sevillanos en el Círculo Mercantil, donde se puede disfrutar, a tan sólo unos centímetros de distancia, de una pieza que es historia viva de nuestra Semana Santa. No en vano, sirvió para reorganizar una corporación que este año celebra sus primeros quinientos años de vida, la cofradía de Las Siete Palabras, y que, por tanto, sin su aparición, habría desaparecido hace muchísimo tiempo.

Pero no lo hizo por una talla de Cristo realizada en tela enconlada a mediados del siglo XVII, que según algunos salió del taller de Manuel Ramos. Una imagen que procesionó por Sevilla cada Miércoles Santo hasta 1881, cuando fue sustituida por el actual titular cristífero de la hermandad de San Vicente y que, desde entonces, recibe culto en la localidad onubense de Cartaya, donde ha permanecido prácticamente desaparecido para el conocimiento de la amplia mayoría de los cofrades sevillanos desde entonces. Aunque esa situación ya ha quedado atrás.

Porque su cofradía lo ha traído de nuevo hasta el corazón de la ciudad para exponerlo en la muestra que está llevando a cabo en la sede del Círculo Mercantil con motivo de su D Aniversario y que podrá visitarse hasta el día 6 de marzo. De este modo, la capital hispalense podrá reencontrarse con una imagen a cuyas plantasse rindieron muchos de sus antepasados, con un trozo de historia viva de su Semana Santa, de esa de sabor decimonónico que cayó en el olvido y que a través de esta visita volverá a embriagarnos como si nunca se hubiese marchado, acaparando los flashes que tiene desde hace años su sucesor, un Cristo de las Siete Palabras tallado por Felipe Martínez y que, mientras su antecesor estuvo por San Vicente, era conocico como de la Sangre. ¿Quien les iba a decir que casi 150 años después todo iba a volver a ser, salvando las distancias, como antes? Quizás nadie, pero al menos, por unos días, podremos disfrutar de que así sea.