Dos iguales para hoy

Pues ya estamos todos. Ayer, en la Catedral de Sevilla, Santiago Gómez Sierra se convirtió en Obispo Auxiliar de la archidiócesis hispalense y, por tanto, mano derecha de un Asenjo que, sólo hay que remitirse a las pruebas, sigue sin cogerle el aire a la ciudad. En este sentido, hace un par de meses ya hicimos una breve presentación del nuevo número dos de la iglesia en la capital andaluza (recuérdalo aquí), donde quedaba claro que se trata de un hombre muy vinculado a Córdoba y que durante muchísimos años ha trabajado codo con codo con nuestro actual pastor.

Pero, lo más curioso de todo es que en tierras califales no guardan un gran recuerdo de aquel tándem y que si bien hubo quienes celebraron el traslado de Asenjo a la plaza Virgen de los Reyes, incluso son más los que lo han hecho por la marcha de Gómez Sierra rumbo a Palacio. Sobre todo porque durante su gestión al frente de Cajasur, la entidad bancaria registró un deficit de más de 500 millones de euros, lo que obligó a que fuese intervenida, no llegase a fusionarse con Unicaja y, de paso, pusiese en peligro más de medio millar de puestos de trabajo. Y a eso hay que unirle que, en clave eclesiástica, tampoco conectó demasiado con la gente, por lo que a la vera de la Mezquita han respirado tranquilos al verlo jurar en Sevilla.

Así, a nosotros nos ha tocado el premio gordo de una pareja que ahora se hará notar en la capital hispalense, intentando poner en práctica una forma de hacer iglesia que ya ha quedado claro que no engarza para nada con la idiosincrasia de la ciudad. De este modo, la cosa se complica, porque si con Asenjo sólo ya había desavenencias, con la llegada de Gómez Sierra la resistencia se multiplicará por dos. Por tanto, a menos que todo cambie radicalmente en el futuro, que ojalá fuese así, nos esperan años complicados, de polémicas y tiras y aflojas continuos entre la iglesia y las cofradías. Y es que, como si fuera un cuponero, Rouco nos ha colocado en Sevilla a dos iguales para hoy.