miércoles, 2 de febrero de 2011

De pares y nones

Es curioso como cambian las cosas en un cortísimo espacio de tiempo. De hecho, en apenas unos meses se puede pasar de un no a un sí en dos propuestas prácticamente idénticas sin que pase nada. Bueno, algo sí, que quienes recibieron la negativa primero terminen un poco decepcionados por el hecho de que la segunda posibilidad sí fue aceptada. Es lo que, a buen seguro, va a pasar en Sevilla con el anterior arzobispo, Amigo Vallejo, quien declinó hace apenas dos meses ser el pregonero de la Semana Santa hispalense (recuérdalo aquí), pero que ahora no ha dudado en aceptar serlo de la de León.

Habrá quien diga que, en cierto modo, la decisión es lógica, puesto que la solemnidad de esta fiesta en Castilla va más en consonancia con la línea de la Iglesia y que, por tanto, podría hacer un texto acorde con las expectativas sin ningún tipo de problema. Pero, ¿acaso el cardenal no ha vivido los suficientes años en Sevilla como para hacer lo mismo? Porque si es por hablar de cofradías, sólo hay que repasar la cantidad de hermandades de penitencia que aprobó Palacio durante su estancia al frente de la archidiocesis. De momento, todas las Vísperas más El Carmen, San Pablo y El Sol. Pero, además, en su momento dijo que no aceptaba el atril del Maestranza porque era un reto tremendo. ¿Y no se trataría de algo relacionado con una característica, la de la oratoria, que como pastor ha cultivado durante décadas?

Es obvio que Rodríguez Buzón sólo ha habido uno, pero tampoco está todo pregonero obligado a imitarlo cada Domingo de Pasión. Por ello, ¿qué presión había para no anunciar la Semana Santa en Sevilla, pero sí en León? Será que, como dice la Biblia, "los caminos del Señor son inescrutables", aunque lo cierto y verdad es que la 'guantada sin manos' que nos ha dado Amigo con esta decisión ni nos la merecíamos ni se entiende. Y eso, con lo que se le echa de menos en esta ciudad, que si llega a caer mal.... Si al final, va a ser verdad eso de que "quien más te quiere, más te hará llorar" o, cuanto menos, rabiar.

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