jueves, 24 de febrero de 2011

Otro demente y un miedo parecido

Desde que el Gran Poder fue agredido el pasado mes de junio (recuérdalo aquí) los miedos en las hermandades se han disparado, coincidiendo también con la moda de que muchísimos locos tomen a aquel presunto 'hijo de Dios' como modelo a seguir. Así, desgraciadamente, como todo lo 'bonito' se pega, ya le han salido los primeros imitadores, aunque, por suerte para todos nosotros, se han quedado en la bravuconería, sin pasar a mayores, aunque sí aprovechando para anunciarlos.

Todo ha tenido lugar en el Casco Histórico, entre Omnium Sanctorum, San Gil y, sobre todo, La Macarena, donde un indigente ha perpetrado diversas agresiones que van desde arrojar basura y piedras a sus fachadas hasta intentos de prender fuego a su interior, pasando por ataques verbales a las imágenes y amenazas de males mayores de cara a un futuro no muy lejano. Tanto es así, que en el momento de su detención, este 'buen hombre' señaló que había nacido "con la misión de quemar y destruir iglesias". Qué lastima de que no se conforme como cualquier hijo de vecino con tener un trabajo y un sueldo a final de mes.

El caso es que ahora se enfrenta a un delito contra el patrimonio artístico y el sentimiento religioso, por lo que, incluso, en caso de tener antecedentes penales, podría enfrentarse a una pena de cárcel. De este modo, la 'locura' le puede salir bien cara y dejarlo fuera de la circulación un buen tiempo, quizás el justo para que las hermandades de la zona recuperen la respiración y todo vuelva a una normalidad que, por otro lado, ya no es la misma desde que en San Lorenzo atacaron al Señor de Sevilla. Y es que, a partir de aquella noche, vivimos en un clima de calma tensa en el que sucesos como este, que no nos engañemos, han convivido con las hermandades desde hace años y que no creaban tanta alarma social como ahora. Porque, hasta ese momento, conservábamos la inocencia intacta y ahora no ganamos para sobresaltos.

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