Llegamos a una fecha que casi siempre vivimos en plena Cuaresma y que pone fin al último mes que en este año viviremos lejos de ese periodo de tiempo en el que la ciudad comienza a despertar de su letargo. Y es que hoy celebramos el Día de Andalucía, el mismo que para muchos también se celebra cada Domingo de Ramos, ese momento en el que toda la comunidad autónoma recibe con los brazos abiertos a la primavera entre túnicas, capirotes e incienso, ya que ese día se vive de un modo tremendamente especial no sólo en Sevilla, sino también en Córdoba, Málaga o Granada.
Quizás por ello, hoy, cuando contemplamos que la hoja de febrero vive sus últimas horas en el calendario antes de caerse definitivamente y dejarnos a la vista ese 9 de marzo en el que la ceniza nos indicará el inicio del fin de la espera, en toda la región comienza a pensarse en esos días en los que el damasco sustituirá la decoración de muchos balcones que, por unas horas, visten de verde y blanco. Porque cuando marzo está entre nosotros, los "ya queda menos" se multiplican a la enésima potencia, entre preparativos que harán que las semanas se vayan volando.
Así, este puente, aunque sea de manera indirecta, nos lleva a pensar en ver a la cruz de guía de La Paz saliendo a media tarde en Sevilla, tal y como hará Córdoba o Málaga con las de sus respectivas Borriquitas. Y es que hoy, además de la historia y una bandera, como cada año, a todos los andaluces nos vuelve a unir la espera, esa impaciencia que lleva acompañándonos desde hace meses y que, poco a poco, irá dando pasos atrás conforme se va acercando aquello que anhelamos. Porque, ya con grandes zancadas, vamos llegando a nuestro objetivo. Todos juntos, todos de la mano.
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