martes, 2 de julio de 2013

La segunda juventud de la Soledad de San Buenaventura

Como si le hubiesen quitado varias décadas de encima. Así ha quedado la Virgen de la Soledad de San Buenaventura tras pasar por el taller de Pedro Manzano. Una intervención que estuvo motivada, en gran medida, por una plaga de insectos xilófagos (recuérdalo aquí) y que, además de sanear toda su madera, ha propiciado que se le practique una profunda limpieza de la policromía, dejándola casi como nueva y brillando con luz propia. De hecho, ha perdido esa pátina oscura que hacía que pareciese más morena, recuperando, de paso, un aspecto mucho más juvenil y claro.

Pero los trabajos no acaban ahí, puesto que se le ha sustituido el candelero e, incluso, las articulaciones. Todo para que la talla deje atrás sus achaques y haga las delicias de sus fieles en su altar de siempre (que también ha sido restaurado en estos casi dos meses), ese que ayer mismo contábamos que bien podría haber tenido a estas alturas en San Antonio de Padua. Sin embargo, su casa sigue estando en el Convento de San Buenaventura, en Carlos Cañal, donde no han sido pocos los que contaban las horas para volver a verla y ahora, con noticias ya de que está de nuevo en casa, no han dudado en hacerle una visita, quedándose con la boca abierta.

Porque parece que acaba de salir del taller de Gabriel de Astorga, como en 1851, luciendo como aquella jovencita que encandiló a todo el mundo a la vera de la Plaza Nueva, la que mira al cielo esperando que más pronto que tarde su nombre pierda parte de sentido viendo en la lejanía procesionar a su Hijo de la Salvación. Una Virgen de la Soledad que ha desafiado al tiempo gracias al buenhacer de la gubia de Pedro Manzano, viviendo una segunda juventud que hará que muchos la vean con otros ojos, admirándola como merece y brillando como si su policromía hubiese sido capaz de robarle años al tiempo.

1 comentario:

  1. Tienes toda la razón. Hemos redescubierto una grandísima Dolorosa que en muchas ocasiones pasaba desapercibida. Gran restauración la de Pedro Manzano que ha conseguido que esta personalísima Virgen reivindique su importancia entre las Dolorosas sevillanas. Acertado artículo, enhorabuena.

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