martes, 30 de julio de 2013

Un retorno antes del letargo

Julio comienza a despedirse de nosotros. Hoy afrontamos el penúltimo día de esta séptima hoja del calendario, una jornada que nos regalará todo un regreso a casa, el de la Virgen de la Angustia, que a partir de las 20.30 horas estará de nuevo en la capilla del Rectorado, a la que regresará tras haber pasado unos meses en la que un día fue su sede canónica, la iglesia de la Anunciación, siendo restaurada en el taller del profesor Arquillo, que se se ha encargado de devolverle casi toda la juventud que había perdido en los últimos años (recuérdalo aquí).

Por este motivo, sus devotos, a los que se le ha hecho eterna la espera, estarán allí para recibirla, con una misa de acción de gracias que servirá también para darle la bienvenida. Un momento de reencuentro, en la que los hermanos de Los Estudiantes se arremolinarán en torno a la talla para ver los cambios que ha experimentado, pero también para templar los nervios que se han hecho de notar en las últimas fechas y calmarlos con la simple visión de su Reina, la misma que como ellos ya estará pensando en la llegada de un Martes Santo donde espera llamar la atención de propios y extraños.

Todo justo antes de que arranquen unas vacaciones que ya se notan por Sevilla, dejando casi desiertas sus calles. Hoy, buena parte de culpa de que aparezcan así la tendrá la Virgen de la Angustia, que acaparará protagonismo en su vuelta a casa, junto al Señor de la Buena Muerte y exhibiendo una lozanía que había ido perdiendo de manera paulatina con el paso del tiempo, pero que habrá recuperado gracias al buenhacer de un maestro que la trae de vuelta a su juventud antes de un letargo que ya comienza a dejarse notar, y al que llegaremos viendo retazos de un Martes Santo como si fuesen producto de un sueño.

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