sábado, 6 de julio de 2013

La sexta llaga

En Jerez de la Frontera ha ocurrido un suceso que ha hecho saltar todas las alarmas. Nadie sabe cuándo ha tenido lugar exactamente, pero sí sus efectos en el Santo Crucifijo de la Salud, una de las tallas más importantes de la citada localidad gaditana. Y es que sus pies aparecieron dañados por un objeto punzante, algo de lo que no se dieron cuenta en la hermandad hasta que el jefe de su junta de gobierno fue a besarlos. Por este motivo, sólo se ha visto el daño causado a esta imagen del siglo XVII atribuida a José de Arce, evocando, aunque vagamente, situaciones como la vivida hace ya tres años en Sevilla con la agresión al Gran Poder (recuérdalo aquí).

En cualquier caso, y como era previsible, este hecho ha provocado reacciones inmediatas en la corporación. La primera, una revisión de la imagen que ha permitido conocer que los daños son leves. Después, la decisión de cerrar momentáneamente la reja que facilita el acceso directo al Cristo, haciendo que sus fieles y devotos no puedan rezarle tan de cerca como hasta ahora. Igualmente, no se descartan nuevas medidas a lo largo de los próximos días, como la colocación de mamparas que salvaguarden la integridad de la imagen, calificada por muchos como una de las piezas más importantes de la Semana Santa jerezana.

Así las cosas, y a la espera de que el tiempo calme los ánimos y haga volver todo a la normalidad, el miedo ha vuelto a campar a sus anchas en el seno de una hermandad andaluza, haciendo despertar viejas diferencias y rivalidades. Una sexta llaga que esperemos que se traduzca sólo en un hecho puntual y producto de alguien que no esté en su sano juicio. Sólo de este modo desaparecerían todos los fantasmas que han resucitado debido a una situación que, con independencia de sus causas, reaviva la necesidad de revisar las medidas de seguridad que rodean a nuestros titulares. Únicamente con ello se podrá evitar que algún otro Cristo pueda llegar a presentar otra llaga de más.

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