viernes, 7 de febrero de 2014

Compuesta y sin plaza

En los últimos tiempos hemos visto como muchos enclaves sevillanos (plazas, calles y avenidas) han cambiado su nomenclatura para recibir la de alguno de los titulares de nuestras hermandades. Una práctica usual y tremendamente lógica por estos lares, teniendo en cuenta la importancia social y devocional que tienen en nuestra ciudad. Sin embargo, aunque lo normal es que este tipo de modificaciones se lleven a cabo sin ningún tipo de polémica, hay excepciones que confirman la regla.

Como por ejemplo, la que ha tenido lugar en Bellavista, tras la aprobación por parte del Ayuntamiento de que la plaza de las Cadenas pasase a llamarse Virgen del Dulce Nombre en honor a la Dolorosa de la corporación del barrio. Sin embargo, esta medida, lejos de ser recibida de manera positiva por los vecinos provocó toda una serie de prostestas en contra que, meses después, han provocado que la corporación del Viernes de Dolores decidiese renunciar a este cambio en el nomenclator hispalense, lamentando los ataques despectivos que ha sufrido durante este tiempo tanto por las calles como a través de las redes sociales.

Una situación atípica con respecto a lo que había sido norma en Sevilla durante los últimos tiempos y que, incluso, ha sido vista como una victoria moral de la ciudadanía por parte de Izquierda Unida, que ha felicitado a los vecinos por su negativa al cambio. En definitiva, un panorama extraño y algo ilógico, que puede entenderse por el apego que el barrio siente por la denominación de uno de sus puntos más señeros, pero que ha podido abrir un pequeño cisma en relación a una cofradía que lleva décadas trabajando por y para sus vecinos. Y es que en la vieja Híspalis no todo funciona acorde a leyes universales e inmutables. Si no, que se lo digan a la Virgen del Dulce Nombre de Bellavista, que se ha quedado compuesta y sin plaza.

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