Hay quienes defienden que en los últimos tiempos la Semana Santa ha perdido su frescura, que el desarrollo de las tecnologías la han hecho demasiado dependiente de ellas, hasta el punto de casi necesitarlas para todo, condicionando su forma de actuar hasta límites insospechados. De hecho, no son pocos los que añoran esos tiempos en que las hermandades decidían si salir o no cuando el cielo amenazaba lluvia con un par de consultas y atendiendo a la meteorología reinante en ese mismo momento, no en función de pronósticos cuyo margen de error, pese a ser menor que hace años, sigue existiendo.
Pero no solo en ese aspecto se recurre a la ciencia y su desarrollo. Un claro ejemplo de ello lo encontramos en La Candelaria, donde a partir de ahora se harán de manera diferente las levantás del Señor de la Salud. Porque este Cristo había sido elevado durante los últimos años a pulso aliviado, según las recomendaciones del IAPH, aunque un estudio físico realizado por Joaquín Ceballos, hermano de la corporación y listero de la cuadrilla de su primer paso, ha demostrado que se puede volver a hacer al cielo, puesto que la talla no sufre en absoluto por esa variación.
Así, esta investigación, llevada a cabo a través de cuatro sensores ubicados sobre la parihuela de ensayo y cálculos realizados sobre una recreación por ordenador en tres dimensiones de la imagen, ha propiciado que tanto los capataces como los miembros de la junta de gobierno han decidido dar el visto bueno para que el Cristo sea levantado de un modo diferente. Es decir, que el próximo Martes Santo, en La Candelaria habrá una razón más para que Sevilla se vuelque con ella, acompañando a la cofradía en cada metro de su recorrido. No en vano, el Señor de la Salud ya tiene permiso para 'despegar'.
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