Hace unos días, hablábamos del que, presumiblemente, será uno de los Vía Crucis más importantes de toda la Cuaresma, el que presidirá El Cachorro el próximo 22 de marzo, sábado para más señas (recuérdalo aquí). Pues bien, menos de una semana después, el viernes 28, viviremos otro en pleno centro que también tendrá un carácter extraordinario y que gozará, probablemente, de una cantidad de público similar. Será por la feligresía de San Ildefonso, cuyas calles volverán a reencontrarse con una de esas devociones sevillanas más arraigadas pese a no salir en Semana Santa, el Cautivo.
Se trata de un acto que durante la última década se ha realizado con carácter claustral, es decir, sin salir del templo, pero que en este 2014 volverá a llevarse a cabo a cielo abierto, algo que, a buen seguro, multiplicará su repercusión. De hecho, ya hay muchos que tienen marcada a fuego el último viernes de marzo en su agenda, momento en el que este Cristo devolverá la visita a muchos de esos vecinos que cada día se acercan a su iglesia para pasar un ratito con Él y pedirle que les eche una mano en estos tiempos que corren, en los que cualquier mano que se eche se queda corta.
Quizás por ello, no faltará gente que aproveche esta cita para acudir a su lado y tentar a la suerte, mientras su melena se va impregnando no solo de aroma a incienso, sino también de ese olor tan característico que tiene Sevilla en primavera. Así, el Cautivo volverá a ver a su barrio e, incluso, a esos naranjos cargados de azahar que tantísimo le han echado de menos en esta década durante la que no hemos podido disfrutar de su presencia a cielo abierto. En consecuencia, el próximo 28 de marzo la judería se quedará pequeña para servir de escenario a este Vía Crucis que se convierte en una cita ineludible en el calendario de todo cofrade que se precie, sobre todo por lo mucho que llevábamos esperándolo.
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