Ayer debimos empezar la última semana completa del mes de julio con un traslado. Incluso, se llegó a anunciar oficialmente que el 23 iba a ser la fecha indicada para una mudanza de apenas unos metros, pero que iba a tener una significación muy especial. Por primera vez, una imagen a la que se le rinde culto en San Gil, la de la Virgen del Carmen, iba a tener que 'emigrar' a la basílica de la Macarena, donde iba a alojarse en la capillita de Santa Ángela. De igual modo, también haría lo mismo el simpecado de la hermandad del Rocío del viejo arrabal.
La razón no era otra que unas obras que tenían que realizarse en el templo almohade, al que se le va a cambiar toda la solería. Sin embargo, todavía no han llegado los pertinentes permisos para llevarlas a cabo, razón por la cual todo ha quedado pospuesto, al menos hasta septiembre. Por tanto, habrá que esperar más de lo previsto para ver una imagen única y casi irrepetible, que algunos incluso tildarán de que va 'contra natura', puesto que siempre han sido los titulares de La Macarena los que se han tenido que 'exiliar' a San Gil y no al revés.
Pero los tiempos cambian y los años pasan, dejando su huella en los más mayores, como la parroquia en la que se consolidó la corporación que cada año abre la Madrugá y que, en cuestión de unos meses, abrirá sus puertas a dos hermandades vecinas con las que siempre ha compartido casi el mismo inmueble, aunque separados por un simple tabique. De momento, esa situación de mantendrá sin novedades unas semanas más, aunque, más pronto que tarde se producirá ese encuentro que a la vera del Arco no tiene precedentes.
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