domingo, 15 de julio de 2012

Entre lo que ha llegado y lo que vendrá

Llegamos prácticamente al ecuador del mes de julio hablando del mismo nombre de mujer que casi resulta sinónimo del verano en clave cofrade: Carmen. Porque hoy continuamos ciclo, aunque, quizás, sería mucho mejor hablar de que estrenamos una parte inédita del mismo hasta ahora. No en vano, en una horas tendremos una procesión, incluso recorrerá unos cuantos metros por las calles, aunque la parte realmente importante de su itinerario no lo hará sobre costaleros, sino sobre una barca y surcando las aguas del Guadalquivir.

Es lo que hará la Virgen del Carmen de Calatrava, una de las más clásicas de este periodo letífico en la ciudad, y que bendecirá con su sola presencia la que, según dicen muchos, es en realidad la calle más larga y sevillana de cuantas cruzan la ciudad. Por ello, el río tendrá más vida que nunca, entre curiosos y devotos que no querrán dejar escapar la posibilidad de recordar 'in situ' el carácter marinero de una capital hispalense que, incluso, hará su particular vigilia previa a la festividad de la Reina del Carmelo en otro punto que, en pocos días, vivirá una situación similar a la de la Señora de la Alameda.

Y es que en Triana, cuando el reloj comience a acercarse peligrosamente a la medianoche, se celebrará un Rosario Público que terminará cuando el 16 de julio sea una realidad entre nosotros, más allá de lo que indique el calendario. Será el preludio en el viejo arrabal de lo que llegará la próxima semana y que no tendremos que esperar para verlo a la vera de la Barqueta. Porque la ciudad nos sigue regalando contrastes entre lo que viene y lo que vendrá. El mayor de todos, el de esas Glorias que como hoy disfrutaremos pensando en lo que debe ocurrirá dentro de 252 días, cuando el río será un mero espectador y pierda todo su protagonismo.

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