Es un clásico. Llega el verano y, como consecuencia, las hermandades aprovechan para arreglar a sus titulares o, incluso, sus templos. En este sentido, el hecho de que las altas temperaturas y las vacaciones inviten a viajar a las playas hace que la actividad en nuestras corporaciones baje hasta su mínima expresión, algo que facilita que se puedan llevar a cabo con mayor facilidad. Y si no, que se lo pregunten a la cofradía del Rosario del Barrio León, que ha cedido arreglar su casa en estas fechas.
Concretamente, durante los meses de julio y agosto, en los cuales la capilla permanecerá cerrada al culto. En este sentido, no ha trascendido aún si la imagen de la Virgen deberá ser trasladada a otro templo, como la vecina parroquia de San Gonzalo, o continuará en las dependencias de la corporación. Lo poco que se sabe es que se espera que todo vuelva a la normalidad a principios del mes de septiembre, cuando está previsto que estén absolutamente finiquitadas las reformas.
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Hasta entonces, los albañiles sustituirán a los fieles y devotos de la Reina del Rosario, en una dinámica distinta, aunque quizás con incluso más trasiego. Todo para que la Vecina más insigne del Barrio León tenga un entorno a la altura de lo que se merece, en las mejores condiciones y que brille como nuevo. Será su particular estreno a la vuelta de vacaciones, cuando todos tengan ya en mente su salida del mes de octubre. En ese momento, estos dos meses de obras habrán pasado volando y apenas quedar disfrutar del resultado
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