Ayer hablábamos de un monumento y hoy tenemos que hacerlo de otro. No en vano, en los próximos días la restauración de la imagen de Santa Ángela de la Cruz que preside la entrada de su calle, justo a la vera de la iglesia de San Pedro. Se tratará de unos trabajos que, a priori, durarán unos tres meses en los que, presumiblemente, incluso desaparecerá de nuestra vista la estatua, puesto que será sometida a unas importantes tareas de rehabilitación, sobre todo el pedestal, que parece ser la parte que peor se encuentra.
Y es que, según la delegación de Urbanismo y Medio Ambiente, esa pieza está elaborada en piedra de bateig, que, por sus características naturales, resulta dañada con mayor facilidad. A eso habría que unir el contacto físico al que está expuesta y que agrava incluso su estado de conservación. Por este motivo, esa parte va a ser sustituida por una pieza de piedra arenisca de vinaixa, que resulta mucho más dura y resistente. Además, se acometerán trabajos sobre la propia efigie de la santa.
A Ella se le aplicarán diversos procesos de limpieza mecánica y tratamientos de protección, entre los que se encuentran la estabilización de sus pátinas de bronce. Todo para que cuando llegue el otoño vuelva a lucir como nueva, en todo su esplendor, como merece la representación de alguien que despierta tantísima devoción en la ciudad como la Macarena, el Gran Poder o la Virgen de los Reyes. Por eso merecerá la pena esperar, porque en apenas unos meses podremos disfrutar de esa Santa Ángela que Sevilla esculpió en piedra.
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