La parroquia de Omnium Sanctorum se verá dentro de poco algo más vacía de la cuenta. No en vano, faltará una de sus inquilinas más ilustres, a la que la lluvia ha dejado sin salir de casa durante los dos últimos años y que destila clasicismo entre filas de ruán negro cada tarde de Martes Santo. Una talla que salió de las gubias de Fernández Andes allá por 1936 y que pese a dar sus primeros pasos por Jesús del Gran Poder, ahora ya es santo y seña de la calle ancha de la Feria. Nos estamos refiriendo a la Virgen de Gracia y Amparo de Los Javieres.
Y es que los hermanos de la corporación decidieron el pasado día 12 que la imagen debía pasar una pequeña revisión en el taller del profesor Miñarro, quien ya hace dos años restauró también a la principal devoción del mismo templo: la Reina de Todos los Santos (recuérdalo aquí). En este caso, aún se desconoce cuándo comenzarían los trabajos, que consistirían en el cambio de las articulaciones por otras mucho más actuales y funcionales. De igual modo, se está a la espera de que llegue la autorización eclesiástica para poder retirar a la Virgen del culto, por lo que aún es pronto para poder especular con el momento en el que podría estar de vuelta.
Así las cosas, y teniendo en cuenta las fechas en las que estamos, puede que todo se retrase más de lo deseado, al menos hasta septiembre, por lo que no podríamos hablar de unas vacaciones en el taller, sino más bien de una visita al mismo poco antes de encarar la recta final del verano. Lo que sí es cierto, es que la Virgen de Gracia y Amparo será retocada lo antes posible, para mejorar su estado de conservación y, por qué no decirlo, poder rejuvenecer de paso unos cuantos años.
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