Punto final

Hoy es 22 de diciembre, pero también fin de año en Sevilla. Porque aunque el calendario nos indique que a este 2013 aún le restan nueve días para convertirse en 2014, en clave cofrade sabemos que todo acabará en las próximas horas. No en vano, tendremos por las calles las dos últimas procesiones antes de entrar en ese letargo del que no despertaremos, salvo en contadas excepciones, hasta que despunte una nueva Cuaresma, allá por los albores de marzo. Mientras tanto, habrá alguna que otra salida, pero perderemos por completo una dinámica de bulla e incienso de la que nos despediremos en esta jornada de loterías y vísperas.

Y comenzaremos a hacerlo en Nervión, por cuya feligresía paseará el Niño Jesús de la corporación del Sagrado Corazón de Jesús, un auténtico clásico de estas fechas y que con su simple presencia evoca a esa figura central de los Belenes que proliferan en iglesias, comercios, instituciones y los salones de, prácticamente, todas las casas. Aunque hoy saldrá en andas y bajo su pequeño templete para proclamar a los cuatro vientos que, como marca la tradición, está a punto de volver a nacer, sirviendo de punto partida para que, aunque sea a lo lejos, ya pensemos en una nueva Semana Santa.

Mientras, el broche de oro vendrá desde el Salvador y con aires de marismas, junto a la Virgen del Rocío, que cambiará las sevillanas y salves por villancicos y calles colmadas de luces y decoración navideña. Ella será, como casi siempre, la encargada de dar el carpetazo definitivo a las procesiones en este 2013, haciendo que a su entrada ya soñemos con otra rampa, aunque de mayor tamaño, justo a los pies del mismo templo del que sale. Por ella no solo correrán los niños dentro de unos meses, sino también las ilusiones de todos los cofrades, que ahora inician un letargo que será endulzado en su inicio por las comidas familiares y los postres típicos de estas fechas. Entre tanto, la ciudad estará llena de gente, pero, para los capillitas, también se quedará vacía hasta que otro paso vuelva a recorrerla.