Un año extraordinario

En tan solo unas pocas horas este 2013 pasará definitivamente a la historia. Un año diferente a los últimos, marcado por los actos para exaltar la Fe y que, tanto por esa causa como otras, llenó el calendario de salidas extraordinarias. En cualquier caso, no todo salio bien e, incluso, hubo que lamentar más borrones que líneas bien escritas. Sobre todo en Semana Santa, donde a la tradicional presencia de la lluvia hubo que unir en esta ocasión la aparición en escena de polémicas tan ridículas como innecesarias. En definitiva, doce meses que pasaron ante nuestros ojos dejándonos con un sabor agridulce en los labios, pensando en lo que pudo ser y no fue.

Aunque, más allá de estas líneas generales, la crónica de este año ha traído consigo mucho más. De hecho, arrancamos la primera hoja del calendario sabiendo que el Señor de la Clemencia de Triana dejaba de ser 'Ilegal' para adecuarse a las exigencias de Palacio, teniendo como sede canónica la parroquia de Santa Justa y Rufina. Igualmente, la Virgen de las Nieves regresó por fin a Santa María la Blanca. Además, la Castrense se convirtió en la sexta hermandad del Rocío de la capital hispalense, mientras que Las Cigarreras iba perfilando la extraordinaria de la Virgen de la Victoria para octubre. Aunque la gran noticia de enero fue, sin duda, el regreso a casa del Señor de la Expiración de El Museo, tras larguísimos meses siendo restaurado en el IAPH.

Por su parte, febrero arrancó con la confirmación oficial de que la Virgen de la Purísima Concepción de Alcosa debutaría por fin el Sábado de Pasión, siguiendo desde su palio al Señor del Divino Perdón. Otra hermandad de Vísperas, la de Bellavista, inició los trámites para pedir la Coronación Canónica de la Virgen del Dulce Nombre. No obstante, todo el protagonismo de esas fechas se lo llevó un Vía Crucis Magno que la amenaza de lluvia desbarató, la falta de autoridad del Consejo y de seriedad por parte de varias juntas de gobierno elevaron a la categoría de esperpento.

Curiosamente, la polémica que se creó por este acto nos acompañó a lo largo de un mes de marzo marcado por las Prevísperas y la inminencia de una Semana Santa que esperábamos como agua de mayo. Unos días grandes que comenzamos a buscar aún con más ansias tras el gran Pregón de Francisco Javier Segura. Sin embargo, de nuevo la lluvia se encargó de ponernos el corazón en vilo, comenzando por un Viernes de Dolores que arrancó plomizo y entre gotas, pero que acabó salvándose por la tarde. No hubo tanta suerte el Sábado de Pasión, salvado por la ilusión en Alcosa y San José Obrero, pero en el que Torreblanca y La Milagrosa se convirtieron en las primeras bajas de los días grandes. No serían las únicas, porque el Domingo de Ramos se rompió a media tarde, cuando la Carrera Oficial estaba estrenándose, obligando a La Borriquita, La Cena y La Hiniesta a volver a casa, mientras que Jesús Despojado y La Paz buscaron refugio en la Anunciación y la Catedral, respectivamente. Después, solo La Estrella osaría desafiar a las nubes, aunque sin poder evitar que nos supiese a muy poco la jornada. Afortunadamente, el Lunes Santo se resolvió sin más contratiempo que un leve chispeo mañanero mientras San Pablo tiraba de valentía. Todo lo contrario que el Martes Santo, que una vez más quedó desierto por el capricho de las nubes. También estuvo cerca de ocurrir lo mismo el Miércoles Santo, que fue rescatado por El Carmen Doloroso para, más tarde, acabar como el rosario de la aurora por un chaparrón que deparó la polémica del año con Los Panaderos cortándole el paso a La Lanzada cuando salía de Cuna. Al día siguiente, recuperamos el Jueves Santo después de dos años sin él, dando paso a una Madrugá que acabó justo al amanecer cuando la lluvia volvió a hacer acto de presencia, haciendo que El Calvario y El Gran Poder regresasen presurosos a casa, La Esperanza de Triana se quedase en la Catedral, Los Gitanos en la Anunciación y La Macarena repartida entre la antigua universidad y el Salvador. La vuelta a casa en tiempo récord de la corporación del Arco fue el único atisbo cofrade de un nuevo Viernes Santo fantasma y con los paraguas como protagonistas. El Sábado Santo, en cambio, fue espléndido, con aires trianeros y gitanos por la mañana y una tarde de lo más completa. Fue la despedida de la Semana Santa, ya que otra vez los chubascos nos dejaron sin el epílogo de La Resurrección, poniendo fin así a unos días grandes que se desarrollaron con más penas que gloria.

Así despuntó entre nosotros abril, que deparó una nueva intentona de La Cena para salir en el Corpus que tampoco surtió efecto. Por su parte, Jerez de la Frontera demostró que se podía celebrar el Año de la Fe de una manera elegante y diferente a como lo intentó Sevilla, con un Vía Lucis que no paró de acaparar elogios. Fueron el paso previo a un mayo en el que regresaron las Glorias, en el que volvían las promesas de nuevas obras en Santa Catalina y Asenjo veía como la extraordinaria de la Virgen de los Reyes tenía menos éxito del inicialmente esperado. Todo lo contrario que la Magna Mariana de Granada, que brilló con luz propia, lo mismo que pasaría poco después en Jaén.

Por su parte, junio tuvo su inicio marcado por el 'No' al Corpus del Salvador desde Palacio, pese a que el propio Asenjo pidió que regresase apenas un par de meses antes. Por aquellas fechas también fue significativa la visita de la Virgen del Carmen de Sanlúcar de Barrameda a la capilla de los Marineros, desde la que regresó a su casa recorriendo el río. Pocos días después, la Virgen de los Dolores de Camas fue la que hizo algo parecido con motivo de su Coronación Canónica, demostrando que hay Semana Santa más allá de la capital. Mientras, en La Corona se miraba a la nómina oficial, iniciando movimientos que en breve traerían su petición oficial al Consejo. Entre tanto, desde La Macarena se negaban a cambiar el recorrido para subsanar los problemas de la Madrugá. Igualmente, La Paz, como ya lo hacían desde el Arco, miraba al Parque de María Luisa para sus celebraciones, en este caso del LXXV Aniversario de su fundación. Con menos antigüedad, en El Juncal se daban pasos atrás con la polémica y las desavenencias en la junta de gobierno como nota predominante.

Con ello se llegó a julio, momento en el que las Vísperas se rebelaron para cobrar lo mismo que las de la nómina oficial, aunque al final ni les hicieron caso ni tuvieron paciencia para seguir reclamando.Y mientras el ciclo del Carmen nos iba llevando de la mano hacia el letargo de agosto, en Las Siete Palabras se hablaba de un nuevo palio. Algo parecido ocurría en el Salvador, donde se anunciaban cambios en el paso de La Borriquita. También podría haberlos, pero de horario, en La Resurrección, que, según dijo Bourrellier en Málaga saldría en 2014 por la mañana.

Sea como fuere, agosto ralentizó todo a excepción de la devoción por la Virgen de los Reyes, sumiendo a la ciudad en un letargo que acabó con la vuelta a la actividad en septiembre. Entonces comenzó a hablarse de una reordenación del Martes Santo que poco a poco se ha ido diluyendo y que parece que no verá la luz. Igualmente, en El Sol se anunciaba el inminente bordado del palio. Mientras, la ermita del Rocío se convertía en basílica, última gran noticia antes de estrenar octubre, momento en el que Sevilla podría comenzar a sentir más de cerca al Cachorro, con la apertura de su camarín. Poco después, la pésima gestión de una junta de gobierno bisoña deparó tensiones entre Montesión y La Lanzada a causa del uso de San Martín. Fue el paso previo a un día 5 diferente, que deparó la extraordinaria de la Virgen de la Victoria de Las Cigarreras y la visita de la Divina Enfermera a La Macarena, inmersa ya del todo en su año jubilar. Entre tanto, en Ciudad Jardín se supo que los nazarenos se harían esperar más y que no era inminente su catalogación como hermandad de penitencia. También quedaba pendiente de Palacio Paz y Misericordia de Rochelambert, que pronto podría ser nueva agrupación parroquial. En Montesión se rescató la idea de un palio para los traslados. Y, finalmente, la antepenúltima hoja del calendario se despidió con un fin de semana intensísimo, con la Virgen de las Angustias de Los Gitanos paseándose bajo palio (no sin suspense por mor de la lluvia) y la de Gracia y Esperanza de San Roque visitando Santiago.

Con todo ello nos sorprendió noviembre, que arrancó entre los ecos que aún restaban del ciclo del Rosario y la noticia de que 2014 arrancaría con un Rosario de la Aurora extraordinario en San Bernardo. Al poco, el Consejo sorprendió con la elección de Francisco Berjano como pregonero y el Cristo de El Museo para el Vía Crucis. E, innegablemente, se seguía mirando al año que viene en La Macarena, donde se tienen perfilados casi todos los detalles para la vuelta tras el pontifical en la Plaza de España. Y, como quien no quiere la cosa, diciembre se presentó entre nosotros con polémica por el cambio de capataz en Torreblanca y Sevilla como capital de la música cofrade. Aunque la noticia bomba de esta recta final de 2013 ha sido el cierre al culto de San Roque, que llevará a la corporación del Domingo de Ramos a salir de otro templo en la próxima Semana Santa. Y también conocimos cómo serán los bordados del palio de San José Obrero. Igualmente, en el último suspiro del año se reabrió el debate sobre el horario de La Resurrección, un tema que, a buen seguro, seguirá dando de qué hablar durante 2014.

Así, se conformó el resumen de un año que ya se nos escapa de entre los dedos y que, probablemente, pueda incluir mil y un detalles diferentes según quien lo haga. Sea como fuere, lo importante ha sido poder vivirlo una vez más con la compañía de todos y cada uno de los que os pasáis a diario por esta humilde bitácora, la misma que mantiene intacta su intención de seguir acudiendo a nuestra puntual cita diaria con la información cofrade de cara a un 2014 que ya viene llamando a la puerta. Seguro que bajo el brazo traerá muchísimas cosas que contar. Nosotros, en la medida de lo posible intentaremos hacernos ecos de ellas. Hasta entonces, un millón de gracias por estar ahí y ¡feliz año!