Una fusión atrevida

Vivimos en pleno siglo XXI y las hermandades, pese a lo que muchos piensen, no son ajenas a ello. De hecho, sus juntas de gobierno intentan adecuarlas a los nuevos tiempos, utilizando sobre todo la tecnología y las redes sociales, que hacen mucho más ágil la relación con sus miembros. Aunque hay casos en los que ese paso adelante hacia la modernidad trae bajo consigo situaciones cuanto menos peculiares, donde quizás se peca de atrevido, abriendo debates que, hasta hace poco, parecían inimaginables.

Es lo que ocurre en la Divina Pastora de Santa Marina, donde su cúpula mayor ha decidido colocarle a la imagen una joya engarzada que contiene un pendrive. Una medida singular y que tendrá como principal objetivo organizar las peticiones que le llegan regularmente a través de internet, a fin de que a partir de ahora sea la propia Virgen quienes las porte, teniéndolas más cerca que nunca y, de este modo, pueda atenderlas mejor. Para ello, no solo seguirá vigente la dirección de correo electrónico corporativa de la corporación, sino que también se ha abierto una cuenta especial para tal fin (peticionesaladivinapastora@hotmail.com) y un libro de firmas, al tiempo que también se dispondrán ordenadores e incluso personal de apoyo para potenciar esta nueva dinámica.

Y como era de esperar, la iniciativa no ha dejado indiferente a nadie. Hay quienes defienden que es ir un paso más allá en la relación que se establece entre el devoto y la imagen, acabando definitivamente con las limitaciones espaciotemporales. Otros, en cambio, llegan a calificarla de esperpento, destacando que, con ella, se pasa por alto eso que dicen las Escrituras de que "Dios se encuentra en todo lugar". Sea como fuere, lo que sí está claro es que una pequeña joya ha hecho que toda la Sevilla cofrade hable en estos días de la Divina Pastora de Santa Marina, que se podría decir que ha desafiado hasta al más pintado con una atrevida fusión de religiosidad y uso de las tecnologías.