La Semana Santa de Sevilla es cada año igual, pero también diferente. Porque es cierto que en cuanto a su composición siempre se repiten los mismos patrones, el mismo orden. Pero las circunstancias que rodean a los días son diferentes de una edición a otra, fruto no sólo de las vivencias de cada uno, sino también de estrenos y recuperaciones patrimoniales. Así, como producto de esta dinámica, el misterio de La Borriquita lucirá el próximo Domingo de Ramos como hacía mucho que no lo hacía, aunque para los menos iniciados casi no haya variación.
Y es que el misterio que abre la Semana Santa en la Carrera Oficial aparecerá ante nuestros ojos como si acabase de salir del taller. Es más, realmente lo habrá hecho del de Jorge Anillo, donde en estos días se le está restaurando tanto el canasto como los respiraderos. Pero no sólo eso, porque también se está recuperando el dorado del paso, del mismo modo en que también se está trabajando sobre los faldones, a fin de mejorar su estado de conservación, alguna de las figuras secundarias y la colocación de unos nuevos zancos a la parihuela.
Todo para que dentro de 82 días, cuando el Señor de la Sagrada Entrada en Jerusalén se reencuentre con la rampa del Salvador su trono brille como nuevo, con luz propia, poniendo fin a unos trabajos que se iniciaron hace dos años, cuando se les devolvió a los candelabros su fisonomía original. Ahora, tal y como sucedió antes con el paso del Cristo del Amor, el de La Borriquita estará en óptimo estado para el próximo Domingo de Ramos. Una razón más para desear que el tiempo pase rápido y nos lleve a ese 1 de abril del que a estas alturas ya sentimos que no estamos tan lejos.
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