Una Madrugá a oscuras

Sevilla se ha convertido durante estas Navidades en la ciudad de la luz. Primero fue el 'mapping' del Ayuntamiento y, más tarde, la iluminación azul de la Giralda en la Noche de Reyes (recuérdalo aquí). Pues bien, esta tendencia podría extenderse, aunque de un modo peculiar, también a la Semana Santa, siempre y cuando el Consejo atendiese una propuesta lanzada al aire por Antonio Burgos, quien en su 'Recuadro' de ABC abogó por dar un tono muchísimo más íntimo a la Madrugá.

De hecho, el escritor, columnista y ex pregonero ha sugerido que el paso por los palcos de las cofradías de la noche hispalense más mágica se produzca sin más luz que la de los cirios, candelabros y candelerías, lo que aportaría un mayor recogimiento al tránsito de estas por la Carrera Oficial. Sería, en cierto modo, como un regreso al pasado, a aquellos años, ya perdidos en nuestra memoria, en los que la penumbra envolvía con su manto a las primeras hermandades del Viernes Santo hasta que despuntaba el alba.

Sin embargo, no parece fácil que esta idea pueda llevarse a la práctica. Primero, porque por motivos de seguridad, y salvo contadísimas excepciones, se ha prohibido que las entradas y salidas nocturnas de los días grandes se hagan totalmente a oscuras. Y, segundo, porque podrían establecerse agravios comparativos entre los palcos y el resto del recorrido, por no hablar de posibles problemas a la hora de que los abonados encuentren sus sitios sin luz.

Con todo, la propuesta de Burgos, pese a que ha calado y mucho en el mundo cofrade, ávido de rescatar estampas que se han ido perdiendo en los últimos años, no tiene muchos visos de hacerse realidad. Eso sí, siempre queda el factor sorpresa y la posibilidad de que o el Ayuntamiento o el propio Consejo le den el empujoncito necesario para que no se quede en nada. El tiempo dirá si algún día tenemos una Madrugá a oscuras en la que, como siempre, sean las propias hermandades las que brillen con luz propia.