El tiempo de los Belenes se nos está marchando. En apenas tres días, cuando las Rebajas tomen el relevo de los Reyes Magos, los salones irán recuperando su decoración tradicional, al igual que las iglesias, donde hasta entonces podremos disfrutar de los Nacimientos que llevan expuestos desde principios de diciembres, algunos tan impresionantes como el de la parroquia de San Lorenzo. Y es que en la casa de La Bofetá y La Soledad se han propuesto rivalizar con el archiconocido a tamaño natural de la Anunciación, y a fe que lo han conseguido.
Buena parte de culpa la tiene el imaginero Méndez Lastrucci, nieto de Castillo, de cuyo taller han salido las tallas de la Virgen María, San José, el Niño y los Reyes Melchor y Baltasar. Completa la escena un Gaspar muy especial, puesto que se trata de una de las figuras secundarias del misterio de Jesús ante Anás. Concretamente, de la que solivianta a las masas desde el penúltimo paso de Cristo del Martes Santo y que hasta que llegue el fin de semana aparecerá adorando al Hijo de Dios. Lo que pueden cambiar las cosas en apenas unos meses...
Así, el altar mayor de San Lorenzo representa a la perfección cómo pudo ser aquella noche del 5 al 6 de enero en Belén hace 2012 años. Todo a la disposición de Sevilla hasta que las Navidades nos digan adiós definitivamente y empecemos a pensar en escenas pasionistas que buscaremos en la calle y no bajo techo. Hasta entonces, San Lorenzo seguirá siendo un lugar de visita obligada, sirviendo de puente perfecto entre Belén y una capital hispalense que junto al quinario del Gran Poder ya sueña con una Semana Santa que poco a poco va ganando terreno a la espera. 
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Precioso el Belén y el artículo.
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