Sin duda, los conventos son los grandes desconocidos de Sevilla. Muchos guardan en su interior verdaderas obras de arte que pasan totalmente desapercibidas para la ciudad porque, simplemente, muy pocos han podido observarlas de cerca. Por eso, algunos están llevando a cabo diversas iniciativas para dar a conocer su riqueza patrimonial. Incluso, el historiador Manuel Jesús Roldán ha elaborado una guía sobre este tipo de templos para facilitar el éxito de las mismas y apuntar a todo el mundo que hay más tesoros religiosos que los que pasean por las calles cada primavera.
Y una buena muestra de ello podrá contemplarse en Santa Rosalía después de Semana Santa, puesto que las clarisas capuchinas que residen en el monasterio han decidido abrir al público y de manera permanente varias salas independientes a su zona de clausura para que quien quiera conozca los tesoros que alberga. Se trata de una medida motivada por el tremendo éxito de la exposición de Niños Jesús que se realizó en este convento hasta el pasado día 4 y que se cerró con más de 2.000 visitantes.
Por ello, a partir de la Pascua de Resurrección se dará un pasito más, con ayuda de la hermandad de Los Humeros y el historiador Antonio Martínez, permitiendo que los sevillanos puedan apreciar como se merece piezas como el Crucificado elaborado con papel encolado allá por el siglo XVI que preside la denominada Galería del Calvario o una Dolorosa atribuida a Juan de Astorga. Además, estarán expuestas dos tallas de la Virgen Niña, otra de la Candelaria, varios Niños Jesús, ricas piezas de bordado, orfebrería... un sinfín de elementos que, de otra manera, nunca sabríamos que existían. Y es que, aunque haya muchas veces que no lo creamos, hay vida vida más allá de las cofradías; por ejemplo, en Santa Rosalía.
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