sábado, 15 de marzo de 2014

A contracorriente

En los últimos meses, todo el mundo es consciente de que la basílica de La Macarena se ha convertido, aún más si cabe, en un centro neurálgico de peregrinación cofrade. No en vano, y hasta que despunte el próximo junio, la corporación de la Madrugá se encuentra inmersa en un Año Jubilar que le ha sido concedido con motivo del L Aniversario de la Coronación Canónica de la Virgen de la Esperanza. Por ello, no hay día en el que no se produzca la visita de alguna hermandad o colectivo en busca de la dispensa plenaria, aprovechando además para ver en su casa a la Reina de San Gil.

Y quizás esta situación ha dejado en un segundo plano la celebración de otro Año Jubilar que está teniendo lugar también en la vieja Híspalis. Concretamente, en la plaza del Museo, donde el goteo de fieles es muchísimo menor. Quizás por ello y sobre todo por cercanía, tanto física como sentimental, la hermandad de las Mercedes de la Puerta Real ha decidido poner en valor esta efeméride a través de su principal acto cuaresmal: el Vía Crucis del Señor de la Redención. Así, el Crucificado visitará la sede canónica de la última del Lunes Santo durante su recorrido, ganando de este modo el jubileo y, de paso, acaparando más flashes que de costumbre.

De hecho, a través de esta iniciativa muchos conocerán a esta bellísima talla que salió de las gubias de Dubé de Luque y que, por no pertenecer a una corporación penitencial sino a una de Gloria pasa desapercida para el gran público. Aunque hoy, como ocurrirá también con el Año Jubilar de El Museo, será diferente, a través de este Vía Crucis que irá un poco a contracorriente, buscando al final de la calle Alfonso XII, casi arrullado por el sonido del río, lo que prácticamente todo el mundo espera encontrar a la vera de un Arco teñido de 'Verde Esperanza'.

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